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El índice de democracia (en inglés, Democracy Index) es una clasificación hecha por la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU por sus siglas en inglés), a través de la cual se pretende determinar el rango de democracia en 167 países, de los cuales 166 son estados soberanos y 165 son estados miembros de las Naciones Unidas. Este estudio fue publicado por primera vez en el año 2006 y ha tenido posteriores actualizaciones en 2008, 2010, 2012, 2014, 2015, 2017[2] y 2018. La Unidad de Inteligencia del índice de democracia de The Economist basa los resultados en sesenta indicadores que se agrupan en cinco diferentes categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del gobierno, participación política y cultura política. En lo que respecta a la clasificación que se le hace a los países de acuerdo a su puntuación, esta se divide de la siguiente manera: países con democracia plena, países con democracia imperfecta, países con regímenes híbridos y países con regímenes autoritarios.
En la publicación de 2016 del índice de democracia, Noruega obtuvo un total de 9,93 puntos sobre 10. Cabe destacar que este ha sido el resultado más alto desde el año 2008, cuando Suecia, que después bajó al cuarto puesto, se ubicaba en la primera posición.[3] En el caso de Corea del Norte, este país obtuvo 1,08 puntos y al igual que en el año 2012 sigue ubicado en la posición 167, la más baja de la lista.[4] Otro aspecto importante es que el índice de democracia de 2010 resalta el impacto mundial que tuvo en la política la crisis financiera internacional de 2008 y 2009, y muestra a Europa como la zona que sufrió mayores cambios. También se puede observar que 91 países de los 167 obtuvieron una puntuación inferior que en el índice del año 2008, aun cuando el deterioro de la mayoría de estos no fue tan grave.
Entre el año 2008 y el 2010, 13 países cambiaron su estatus con respecto al régimen. De esos 13, 11 sufrieron un proceso de retroceso y dos de avance. Entre los países que retrocedieron encontramos a Francia e Italia. Ambos pasaron de ser clasificados como países en democracia plena a países con Democracia imperfecta. En cuanto a Francia las notables tendencias políticas negativas de los últimos años fueron la causa de este resultado. Con respecto a Italia, el informe del índice atribuye el descenso de categoría al deterioro de la situación de los medios de comunicación desde el regreso de Silvio Berlusconi al puesto de primer ministro en el año 2008. En oposición a los resultados de estos dos países están Ghana y Malí (en África Negra) que fueron las únicos dos estados en el índice de 2010 que subieron de estatusː pasaron de ser naciones con regímenes híbridos a ser naciones con Democracia imperfecta.
En el índice de 2014 se hace notar el deterioro de la confianza de los ciudadanos europeos occidentales en las instituciones. Menos de la quinta parte de estos confían en los partidos políticos y alrededor de un tercio en el funcionamiento del parlamento. Además, se menciona el agravamiento del malestar social en el comienzo de la recuperación económica en países como España e Irlanda.
En cuanto a Europa en conjunto, en el índice de 2014 la situación experimenta pocos cambios. Se puede señalar que hubo cinco países que empeoraron pero que nueve mejoraron, entre los que se encuentran algunos de los países más castigados por la crisis como Chipre, Irlanda, Portugal y España. Cabe destacar que, aunque la situación económica ha mejorado, el ascenso de partidos contestatarios y de protesta sigue patente en las encuestas.
Se observa, asimismo, una aceleración del retroceso en la libertad de los medios de comunicación afectando a todas las regiones. Este retroceso es más significativo en el caso de los medios digitales como por ejemplo el control de internet por parte de los estados. Aparte de esto, se resalta la concentración de la propiedad de medios comunicación en unas pocas empresas que resta diversidad de puntos de vista a la hora de analizar la actualidad. La inseguridad laboral y el desempleo en el sector de la comunicación también ha supuesto un obstáculo para una mayor libertad a la hora de publicar información sensible. Por otra parte, se ha detectado una relajación en la postura de las naciones más desarrolladas hacia la libertad de prensa en los países en desarrollo.
El avance de la democracia a corto plazo se percibe incierto. Es más, se ha observado un peor resultado en ciertos aspectos del gobierno, la participación política y las libertades relacionadas con la comunicación. A pesar de que algunos sistemas autoritarios han sido discutidos como en el caso de la primavera árabe, ésta precisamente nos muestra que no siempre prosperan. No obstante, aún se aprecia un deseo de establecer sistemas democráticos en parte de los habitantes de estos países. se que es mucho pero bueno