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Respuesta:
Una de las características principales de estos tiempos es el gran poder que tiene la Iglesia. Desde la caída del Imperio Romano, quedó como el único centro unificador en Europa y se consideró asimisma como la heredera directa de Roma. Pero no le fue sencillo llegar a hacer efectivo ese dominio.
Necesitaba territorio y un brazo armado. Todo cambió cuando Carlomagno se erigió en rey de los francos: la Iglesia, entonces, no solo consiguió tierras donde gobernar en forma directa -los Estados Pontificios– sino que contó con las fuerzas del emperador de su parte. Sin embargo, la relación entre los sucesivos emperadores y los papas no fue siempre muy armoniosa. Unos y otros mantuvieron una pulseada permanente para ver cuál de los dos tenía más poder.
La Iglesia ocupó un lugar destacado en las instituciones de la Edad Media. Fue la guía espiritual de la época. A pesar de su importancia, no pudo mantenerse al margen del sistema vigente: ella también se “feudalízó, proceso que le originó diversos dificultades.
Sus altas jerarquías recibían feudos de manos de los señores nobles o del emperador. Esto implicaba que debían rendir juramento de fidelidad y convertirse en vasallos de personas ajenas a la Iglesia.
Era corriente entonces que el emperador o los señores feudales nombraran obispos y párrocos, y les otorgaran los bienes temporales tanto como los espirituales.
Explicación:
Lo más resumido que pude