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DIFERENCIAS ENTRE FUMAR Y VAPEAR
Sobre todo al principio, es muy importante recordar que, a diferencia del cigarrillo tradicional, al vapear en tu cigarrillo electrónico, hay que aspirar suave y prolongadamente para obtener una buena producción de vapor. En un cigarrillo tradicional cuanto más fuerte aspiremos más se aviva la combustión y más humo se producirá. En el cigarrillo electrónico es justamente al contrario: cuanto más lentamente inhalemos más e-líquido se drenará al vaporizador y más vapor y sabor obtendremos.
La premisa anterior ha variado ligeramente con la entrada de dispositivos más modernos en el mercado de los cigarrillos electrónicos. Ahora, los dispositivos de vapeo ofrecen mayores entradas de aire, sistemas de drenaje más efectivos y potencias mucho más altas que consiguen un rendimiento y unas sensaciones muy superiores a los primeros cigarrillos electrónicos. Es un mercado que evoluciona constantemente.
La principal diferencia entre fumar y vapear es la sustancia que inhalamos:
En el cigarrillo tradicional inhalamos humo producido por la combustión del tabaco junto con los aditivos y el papel que componen el cigarro.
En el cigarrillo electrónico, inhalamos vapor producido al calentar el E-líquido. Se produce un cambio de estado de líquido a vapor, nunca hay combustión, por lo que no se generan sustancias nuevas perjudiciales. Este vapor puede contener niveles variables de nicotina que van desde 0mg/ml a 18 mg/ml (nunca aconsejamos niveles mayores) que se absorbe a través de la boca y los pulmones.
La sensación en garganta (golpe) que genera la inhalación del humo de tabaco es uno de los aspectos agradables de fumar. En este sentido, no existe ninguna diferencia entre fumar y vapear: la sensación en garganta es similar, mucho más agradable incluso vapeando, pues debido a la variedad de aromas disponibles se obtienen buenas sensaciones y un sabor muy agradable con el vapeo. Asimismo dependiendo del nivel de nicotina del e-liquid saciaremos inmediatamente nuestra necesidad de nicotina.
El sabor no es exactamente igual porque no lleva humo, ni alquitrán, ni tolueno, ni amoniaco, ni las otras miles de sustancias nocivas que lleva un cigarrillo, pero tras un corto periodo de adaptación, te darás cuenta de lo mal que sabe el tabaco realmente.