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Explicación:Si algo afecta la convivencia ecuatoriana es la acentuada división entre quienes creen que el Gobierno ha hecho lo indicado en beneficio del país, reflejado en estabilidad política, obras públicas como carreteras, centrales hidroeléctricas, presas hídricas, control de frecuentes paralizaciones, especialmente en educación, combate a la delincuencia, importantes avances para superar desigualdades sociales; y, quienes creen que lo que existe es un Estado de propaganda, derroche de los extraordinarios ingresos por altos precios del petróleo, debilitamiento de la seguridad social, aparente democracia sin división de poderes, y lo más grave, ofensas, descalificaciones y arbitrariedades que vulneran garantías fundamentales de las personas, entre otras, la libertad de expresión u opinión.
Siempre pensé que a un presidente de la República lo debe juzgar la historia, en un ambiente de objetividad y desapasionado análisis de lo positivo y negativo de la gestión realizada. Aquello no excluye que en democrático ejercicio del poder, esté sujeto a elogios, críticas, fiscalizaciones, que debe respetar y tolerar en razón del mandato que ejerce, sobre todo en denuncias por actos de corrupción; pero hay un hecho indiscutible que no se puede soslayar: quien gobierna debe hacerlo para todos y no para el grupo de amigos, familiares o partidarios, esa es su primera obligación. Una cosa es gobernar con quienes compartan ideas, convicciones, estrategias y otra muy distinta, no realizar sus actos pensando en el bienestar colectivo.
El país se aproxima a elegir un nuevo presidente. El panorama es sombrío: alta deuda pública, déficit fiscal, creciente desempleo, decrecimiento económico, tensas relaciones entre gobernantes y opositores. A eso se añade una subdivisión exagerada de quienes buscan cambiar la actual situación política, que les impide elaborar una propuesta consensuada que aliente esperanzas a ese país profundo de la mayoría silenciosa, que solo aspira a vivir en un ambiente de seguridad jurídica, tranquilidad, transparencia y posibilidades de trabajar sin sobresaltos