Respuestas
Respuesta:
1. Observar y describir
Para tener material de trabajo es recomendable realizar una primera escucha atenta, seguida una segunda más activa, tomando notas. Por ejemplo, el Bolero empieza.
2. Releer y ordenar
Uno de los errores más comunes al analizar es limitarse a describir lo que se oye. Sin embargo, para hacer un buen análisis es necesario ir más allá. Lo mejor es releer las notas y empezar a pensar.
Los aspectos más sobresalientes del comienzo del Bolero son:
Iluminación: se ilumina solo la mano que se mueve.
Movimientos de las manos: semicírculo (en motivo 1) círculo completo (en motivo 2).
Movimientos de las piernas: se mueven ligeramente.
Construcción de la música y timbre:
Intro: ostinato en pp, caja, violas y cellos
Motivo 1: flauta+ ostinato caja, violas y cellos
Puente: 2 compases, ostinato, cajas y cuerdas
Motivo 2: oboe+ ostinato caja y cuerdas con flauta
#3. Decidir objetivo y grado de detalle
Si solo se analiza un fragmento, o una obra breve, un buen objetivo es buscar la lógica interna. En el caso de que el objeto de estudio sea la obra completa de un compositor, interesa más ver la relación entre las obras y los patrones de pensamiento escondidos en la mente del artista. El análisis de ejemplo del Bolero busca entender cómo Maurice Béjart convirtió la música de Ravel en movimiento.
Teniendo el objetivo claro, se puede decidir también el nivel de detalle. Eso viene marcado, en gran medida, por las dimensiones de lo que se vaya a analizar. Por regla general, cuanto más breve sea el material, más profundo puede ser análisis.
#4. Reposar
Las ideas necesitan un tiempo para cobrar forma. Es muy recomendable preceder el análisis de un descanso (de un rato, o varios días), para así ir reflexionando y haciendo conexiones nuevas, que serán un buen material introductorio.
#5. Escribir el análisis musical
Llega el momento de procesar las notas con el fin de cumplir el objetivo marcado en el paso 3. Hay que reflexionar sobre lo que se ha visto, de manera redactada, huyendo de los listados. Un ejemplo de cómo podría comenzar el análisis del primer minuto del Bolero de Ravel sería el siguiente:
"Cada artista alberga en su mente ideas creativas que necesita compartir y expresar. Para ello se vale de los instrumentos, llamados así porque son medios para transmitir esas ideas. Maurice Ravel usó la orquesta. Maurice Béjart plasmó visualmente lo que percibía su oído mediante un solo bailarín, al que convirtió en una gran orquesta.
En esta coreografía nada desvía la atención del espectador. El vestuario se limita a los pantalones de un único bailarín. La iluminación es simple pero eficaz, ya que subraya los movimientos a medida que aparecen las frases musicales a las que acompañan. Por ejemplo, el motivo inicial de la flauta se convierte en medios círculos realizados por el brazo derecho e izquierdo de forma alterna. Por otro lado, las extremidades inferiores son las que plasman visualmente la base de percusión, violas y chelos, que sustenta la construcción sonora.
El análisis de los diversos aspectos de la obra muestra que la coreografía fue concebida como un medio para convertir una idea musical en algo perceptible no solo por el oído, sino también por la vista".
#6. Escribir el marco
Muchas veces, lo primero que se lee es lo último que se escribe. Detalles como el contexto en que se compuso o interpretó la obra, así como los estudios previos, se procesan con posterioridad al análisis propiamente dicho. El análisis del ejemplo iría precedido de unos párrafos iniciales, que explicaran la génesis y contexto del Bolero, tanto en versión musical como la coreografía de Béjart. También tendría un estado de la cuestión, con una revisión bibliográfica de lo escrito sobre el tema.
#7. Mejorar el texto: las cuatro erres
Los seis pasos anteriores son, en realidad, un gran primer paso. Después, hay que aplicar las cuatro erres: Reposar, Revisar, Retocar y Recortar, tantas veces como sea necesario. Un análisis realizado con tiempo y reflexión aportará mucho más al lector que una mera descripción de la música