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Esta modalidad de buceo está conociendo gran desarrollo en los últimos años. La posibilidad de sobrepasar la frontera de -40mts o, aún dentro de este rango, el acometer complejas inmersiones en entornos confinados -léase cuevas, pecios…- ha abierto los ojos a numerosos buceadores experimentados, deseosos de nuevos desafíos que han realizado o se proponen llevar a cabo un curso de buceo técnico.
Como quiera que en la práctica serán contadas las ocasiones en que realizaremos inmersiones de perfil técnico, será conveniente que, aunque tengamos la titulación, llevemos a cabo de vez en cuando inmersiones con la única finalidad de revisar protocolos y hacer ejercicios específicos de esta compleja modalidad.
Y eso es lo que hicimos el otro día, recordar y volver a practicar habilidades de la experimentada mano de nuestro amigo Felipe Abisal. Desde montar, o mejor, construir con cinta, aros y pasadores el arnés en la placa de acero, para coserlo a nuestra medida, hasta la rutina de montar el ala (doble, en este caso, cada una con su propia tráquea), montar las primeras etapas, la bibotella etc.
En el agua hicimos ejercicios variados, aparentemente sencillos pero que requieren estar familiarizados. Acceder a los grifos uno mismo para abrirlos y cerrarlos, navegar en calumet con el latiguillo de 2 metros, aleteo en rana para no levantar el fondo, control de consumos con y sin actividad, ponerse, quitarse y cambiarse las botellas de etapa, usarlas en las paradas con el litúrgico procedimiento CARO (siglas de comprobar le etiqueta de la botella y las indicaciones del protocolo de ascenso, abrir el aire, uso del regulador y observar al compañero) y mil ejercicios más hicieron que en definitiva pasáramos en Calp una jornada de casi 12 horas en las instalaciones de Dive & Dive para refrescar nuestros adormecidas habilidades de buceo técnico.