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Cada vez que nos montamos en un avión confiamos en que la tecnología esté puesta a punto. Sin embargo, sus motores a reacción pueden tener hasta 25.000 piezas que tienen que ser desmontadas y revisadas por los técnicos, quienes pueden tardar más de un mes en acabar con esta tarea. Y no solo afecta a la aviación: la maquinaria enorme y compleja de las construcciones, generadores o instrumentos científicos requieren grandes inversiones de tiempo y dinero para mantener su tecnología a punto.
Para aliviar estas tareas -e incluso hacerlas más seguras-, investigadores del Instituto Wyss de Ingeniería de Harvard y de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson (SEAS) han creado un micro-robot inspirándose en la naturaleza. Esta pequeña máquina, que pesa apenas un gramo y medio, tiene unas almohadillas electroadhesivas al final de cuatro «patas» articuladas en forma de «origami», lo que le permite escalar paredes e incluso techos. Su nombre, HAMR-E (Micro-Robot Ambulatorio de Harvard con Electroadhesion), y se acaba de publicar en la revista «Science Robotics».
Espero te sirva =D