Respuestas
Respuesta:
A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.
Me apartaré. No quiero
llamar a tu ventana... Primavera
viene --su veste blanca
flota en el aire de la plaza muerta--;
viene a encender las rosas
rojas de tus rosales... Quiero verla...
Explicación:
A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.
Me apartaré. No quiero
llamar a tu ventana... Primavera
viene --su veste blanca
flota en el aire de la plaza muerta--;
viene a encender las rosas
rojas de tus rosales... Quiero verla...
Respuesta:
A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.
Me apartaré. No quiero
llamar a tu ventana... Primavera
viene --su veste blanca
flota en el aire de la plaza muerta--;
viene a encender las rosas
rojas de tus rosales... Quiero verla...
Explicación:
- El poema que estamos analizando se une a la tradición de la poesía amorosa.