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El tradicional problema del campo español con una estructura de la propiedad muy radicalizada y donde los latifundios implicaban pésimas condiciones de vida para los jornaleros del campo, había tenido en Benalup-Casas Viejas un énfasis especial. Así, los tristemente famosos Sucesos de Casas Viejas son una expresión más de esta situación. Con la llegada de la dictadura franquista las condiciones de vida de los jornaleros empeoraron considerablemente; a condiciones laborales explotadoras y altamente precarizadas, se sumó una bajada en picado de los jornales, cuyo valor descendió un 40% entre 1940 y 1950.
En esta situación de pésimas condiciones de vida, a la población campesina no le quedó más salida que la emigración. Se calcula que unos 700.000 campesinos andaluces emigraron durante la década de los cincuenta y sensenta. En Benalup-Casas Viejas no tenemos datos concretos pero sí sabemos que un alto porcentaje de la población se vió afectada, produciéndose una gran crisis demográfica. La causa principal de esta profunda crisis hay que buscarla en la emigración que asoló a la España rural en la década de los sesenta y que en Benalup tuvo caracteres dramáticos. El destino de estos emigrantes fue La Europa Comunitaria, País Vasco, Cataluña, Madrid y, sobre todo, la región Valenciana, más concretamente localidades como Alacuart, Chiva, Torrent... Esta última población esta hermanada actualmente con Benalup, debido a la importancia cuantitativa y cualitativa de la población benalupense en esa localidad. El pueblo sufrió un gran despoblamiento y una gran transformación, mucho más grave y profunda que la ocurrida con los Sucesos o la Guerra Civil, ya que al mismo tiempo la crisis de la agricultura tradicional estaba sentando las bases de un pueblo con características económicas, sociales, culturales y urbanísticas totalmente distintas. El proceso fue de una magnitud grandiosa, familias enteras abandonaban el pueblo en busca de unas mejores condiciones de vida, muchas veces esta emigración era una huída, ya que se marchaban del pueblo de noche, dejando en las tiendas grandes cantidades de deudas, en establecimientos como el de la Berenjena, Antoñita la Carne o el bar Ricardo. Paralelamente bastantes familias que vivían en los campos se trasladaron a vivir al pueblo, completando el fenómeno del éxodo rural. Terminaba una forma de vida y empezaba otra. El viejo problema agrario y las condiciones abusivas y pésimas de los jornaleros iban a empezar a cambiar por mor de la emigración, como punta de lanza de un proceso más amplio.