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El conciso ensayo clásico del editor Elbert Hubbard – que lo escribió en una hora en 1899, después de que un trabajador perezoso inflamó su ira – casi no tiene nada qué ver con el mensaje o el hombre de su título. Hubbard se refería a una carta posiblemente apócrifa para exponer varios argumentos hilarantes e incisivos sobre la motivación de los empleados y la dificultad de encontrar a ese valioso trabajador que pone manos a la tarea que se supone debe emprender, sin preguntas, discusiones ni excusas. La voz de Hubbard – a medio camino entre la de Mark Twain y la de Jerry Seinfeld – convierte este breve y memorable ensayo de sentido común en una guía esencial para prácticamente todos los que buscan empleo, todo trabajador y todo jefe. El tono de Hubbard es coloquial, conciso y sucinto. Sus palabras de sabiduría desconcertante han perdurado porque casi todo lo que dice es verdad. getAbstract recomienda este apreciado panfleto a quien tenga un trabajo que hacer o que deba motivar a otras personas a hacer el suyo.
básicamente todo lo que decía era verdad.