Respuestas
Explicación paso a paso:
En el transcurso de los siglos, el hombre ha considerado el movimiento de maneras muy diversas: sucesivamente, le ha temido, ha sentido el afán de pararlo, el de participar en el mismo y luego de analizarlo, y, por último, el de hacer uso de él. Desde los tiempos del hombre primitivo, el artista ha querido captar la imagen del movimiento y, una vez planteado el problema de la representación, ha oscilado entre el deseo de detener el espectáculo cambiante de la vida y el de reanimar la imagen que acababa de plasmar. Con el progreso de los conocimientos analíticos, el artista tiene la posibilidad de emplear nuevos materiales, y así se han manifestado nuevas expresiones del movimiento.
por Frank Popper
No nos asombremos, por consiguiente, de encontrar hoy en día algunos artistas que introducen el movimiento mecánico o el movimiento "visual" y "natural" en las artes plásticas, y otros que reavivan determinadas investigaciones esporádicas como las que ensayaron, por ejemplo, el americano Thomas Wilfred, el húngaro Laszlo Moholy-Nagy, y el compositor ruso A.N. Scriabine, utilizando la luz, de una manera muy directa, para dar la impresión del movimiento real. Así Scriabine hizo acompañar su sinfonía Prometeo de haces de luz coloreada, mientras Wilfred construía su Clavilux, instrumento a teclado por medio del cual proyectaba sobre una pantalla composiciones de formas y de colores en movimiento. En nuestros días, las obras más sobresalientes en la esfera de la luz y del movimiento real se deben, en pintura, al americano Frank J. Malina y, en escultura, al francés Nicolas Schöffer.