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"Es interesante notar que es Dios quien dice que la soledad no es buena para el hombre y hace que Adán ponga nombre a todos los animales del huerto, para mostrarle así su soledad. Cada animal tenía su pareja, mas para él no se halló compañera. Una igual en valor y dignidad, pero diferente.
Y es así, como cuando todo estuvo listo, Dios lo hace caer en un sueño profundo, y de él mismo, de Adán, de su costado, ahora forma lo que Él llamó mujer o varona, porque del varón fue tomada. Cuando Adán despierta, se encuentra con este increíble regalo de Dios y pronuncia el primer poema de la Escritura: Esta es ahora huesos de mis huesos y carne de mi carne […].
En ese contexto perfecto, Dios declara antes de crear a Eva que Él la haría para Adán, y la haría una ayuda idónea. Cada una de estas escenas y cada una de esas palabras tienen repercusiones.