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Respuesta:Colombia, después de Brasil, es el país que más deforesta. La tala asciende a 600 mil hectáreas anuales. El 60 por ciento de la deforestación se debe a la necesidad de madera o leña como combustible para sobrevivir. La solución no está en generar prohibiciones, sino en dar opciones de generación de energía a los campesinos, como fermentar sus propios residuos orgánicos para producir biogás; hacer briquetas de carbón o, sencillamente, que el Estado lleve electricidad a las zonas rurales.
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Por: ADRIANA VEGA 08 de octubre 1993 , 12:00 a.m.
Evitar convertirse en enormes basureros de los países ricos es el más importante de los desafíos actuales de América Latina.
Es un hecho que, en todo el mundo, los desechos tóxicos, los industriales y aun las basuras domésticas son un agudo problema que, en los países desarrollados, es manejado con legislaciones muy rígidas. Es así como los desechos se han convertido en un gran mercado mundial, en el cual se plantea que las naciones industrializadas deberían contaminar más a los países pobres; el impacto de la contaminación debería ubicarse donde se paguen los salarios más bajos para minimizar su incidencia sobre las utilidades globales.
Esta fue la voz de alerta planteada por Germán Jaramillo Villegas, gerente de la Cooperativa Recuperar, durante el Tercer Congreso Nacional de Reciclaje.
El congreso, organizado por Recuperar, la Cámara de Comercio de Medellín y la Alcaldía de la ciudad, sesionó en Medellín entre el 4 y el 6 de octubre, con el lema Compromiso ambiental con el siglo XXI .
En este nuevo escenario que incluso ha contado con cierto aval del Banco Mundial, se sostiene que los países subdesarrollados están subpolucionados y, por tanto, es equitativo transferirles parte de la contaminación de ciudades como Los Angeles. La esperanza de vida de la población es mayor en los países industrializados, luego no es lógico que en los lugares donde por ejemplo la mortalidad de los niños menores de 5 años es de 200 por cada mil, existan menos riesgos para la salud derivados de la contaminación , dijo Jaramillo.
La guerra de las basuras ya no es pues una idea descabellada en un mundo que parece correr hacia la repartición e invasión de territorios para botar los desechos peligrosos que no sea rentable o tecnológicamente viable reciclar en sus países de origen.
Todas las políticas y acciones nacionales de protección del medio ambiente y de fomento del reciclaje deben orientarse en ese sentido: evitar el dominio y la invasión. Los peores enemigos de esta voz de alerta son el avance desigual de las normas ambientales, los altos niveles de corrupción de los países del tercer mundo, la fragilidad de sus normas, los cuantiosos intereses económicos y la vertiginosa instauración de una economía de libre competencia.
En Colombia, surge un interrogante que poco se ha discutido y analizado: cuál será el efecto ambiental de la apertura económica? La inquietud surge al tener en cuenta que, en una economía de libre mercado, cada país busca apoyarse en sus ventajas comparativas para alcanzar altos niveles de crecimiento económico. En Colombia, esas ventajas son precisamente los recursos naturales, que cada vez más serán incorporados a la actividad productiva.