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Respuesta:
=)
Explicación:
Cuando el reino del norte, Israel, fue llevado cautivo por Asiria, en el año 721 a. C., Asiria gobernaba la mayor parte del mundo conocido. Sin embargo, en unas breves décadas, el imperio se había derrumbado ante el ataque violento de los babilonios. Bajo el mando de Nabucodonosor, Babilonia llegó a ser un imperio mundial, y heredó territorios y pueblos anteriormente conquistados en su mayoría por Asiria. Si estos pueblos se resistían a sus nuevos amos, Nabucodonosor respondía rápida y salvajemente. Así cayó Judá en el año 586 a. C. Aunque el Señor se valió de los imperios conquistadores para azotar y castigar a los reinos rebeldes, Israel y Judá, una vez que aquéllos cumplieron su propósito, ellos también llegaron a un pronto fin.
El vigoroso reinado de Nabucodonosor en Babilonia terminó en el año 562 a. C. El fue el último gran gobernante caldeo, y luego de su muerte el imperio decayó rápidamente. La propia iniquidad y el paganismo de los babilonios dieron como resultado la caída. Nabucodonosor fue seguido por Amil-Marduc (llamado Evil-merodac en 2 Reyes 25:27), quien reinó poco menos de dos años. Neriglisar, cuñado de Evilmerodac, gobernó solamente cuatro años. LabasiMurduc, hijo del anterior, fue depuesto nueve meses después. Nabonidus, caudillo del partido sacerdotal, gobernó durante dieciséis años, desde el 555 al 539 a. C., pero pasó la mayor parte de su tiempo en el Oasis de Teima, en Arabia. Los asuntos de estado en Babilonia quedaron entonces en manos de Belsasar, hijo de Nabonidus. Bajo el mandato de Belsasar, aun el pueblo de Babilonia se sintió disgustado por la corrupción prevaleciente en la nación.
En tanto que el poderoso ciervo del bosque está de pie y firme, sus enemigos no se atreven a atacar. Pero ante el menor gesto de debilidad o desmayo, los lobos avanzan para darle muerte. Así es con los imperios, y Babilonia tambaleaba. Las fieras estaban a la espera. Al este y al norte del Golfo Pérsico, dos naciones ascendían en poder: los medos y los persas. Uniéndose bajo la dirección de un gran gobernante, Ciro —posteriormente llamado "el Grande"—, la alianza medo-persa se volvió hacia Babilonia. Ciro iba a influir profundamente sobre la historia de la casa de Israel y del mundo. Un historiador destacó la importancia de este hombre:
"Ciro el Grande surgió en la historia en el año 559 a. C. como gobernador de la pequeña provincia de Ansán, distrito al noroeste de Elam, justamente al sur de Media y al este de los montes Zagros. Ansán estaba entonces bajo el yugo de Media. Cuando Ciro se rebeló contra su señor Astyages, el ejército medo se pasó al bando de Ciro en su totalidad, y entregó como prisionero a Astyages. Ciro aparentemente era el elegido de los medos para ser su rey. La capital del imperio, Ecbatana, con todo su tesoro, pasó a manos de Ciro prácticamente sin lucha alguna. Así, en diez años Ciro se convirtió en el señor del Imperio Medo que comprendía los siguientes territorios: la Persia moderna, el norte de Asiria, Armenia, el Asia Menor hasta el Río Halis (véase sección de mapas).
"Después de dos años dedicados a la organización del imperio, Ciro se dirigió hacia el occidente, decidido a la conquista. Después de conquistar el norte de la Mesopotamia, atacó y venció a Creso, rey de Lidia, renombrado por su enorme riqueza. El reino de éste se extendía desde el Río Halis [en Turquía] hasta el Mar Egeo [en Grecia]…
"Volviendo en el año 539 a. C., Ciro avanzó contra Babilonia, la cual le abrió sus puertas sin presentarle batalla. [De acuerdo con Daniel, Belsasar vio la escritura en la pared que anunciaba la caída de Babilonia la noche antes de que Ciro entrara en la ciudad y diera fin al imperio (véase Daniel 5).] En verdad, [Ciro] parece haber sido bien recibido por el pueblo como amigo y benefactor. De esta manera Ciro llegó a ser amo de toda el Asia occidental.
"La caída de Babilonia marcó el fin del poder mundial semita. Con el triunfo de Ciro, una nueva raza, la indo-europea, se apoderó del dominio mundial y el destino político del mundo estuvo, desde entonces, en manos de esa raza. Por lo tanto, este acontecimiento marca un momento decisivo en la historia bíblica.
"Ciro nació para ser líder entre los hombres. Introdujo una nueva norma en el trato de los pueblos conquistados. En lugar de tiranizarlos y mantenerlos en sujeción mediante la fuerza bruta, trató con consideración a sus vasallos y se los ganó como amigos. Fue particularmente considerado con las religiones de los pueblos conquistados. Las consecuencias de esta conducta serían que sus súbditos se unirían a él con una lealtad tal que haría de su reino una era de paz." (Elmer W. K. Mould, Essentials of Bible History, págs. 348-49.)
Esta revolución en la política iba a afectar profundamente la histona del mundo, particularmente la historia judía, pues cuando Ciro entró a Babilonia, los judíos todavía estaban exiliados allí.
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Cuando el reino del norte, Israel, fue llevado cautivo por Asiria, en el año 721 a. C., Asiria gobernaba la mayor parte del mundo conocido. Sin embargo, en unas breves décadas, el imperio se había derrumbado ante el ataque violento de los babilonios. Bajo el mando de Nabucodonosor, Babilonia llegó a ser un imperio mundial, y heredó territorios y pueblos anteriormente conquistados en su mayoría por Asiria. Si estos pueblos se resistían a sus nuevos amos, Nabucodonosor respondía rápida y salvajemente. Así cayó Judá en el año 586 a. C. Aunque el Señor se valió de los imperios conquistadores para azotar y castigar a los reinos rebeldes, Israel y Judá, una vez que aquéllos cumplieron su propósito, ellos también llegaron a un pronto fin.
El vigoroso reinado de Nabucodonosor en Babilonia terminó en el año 562 a. C. El fue el último gran gobernante caldeo, y luego de su muerte el imperio decayó rápidamente. La propia iniquidad y el paganismo de los babilonios dieron como resultado la caída. Nabucodonosor fue seguido por Amil-Marduc (llamado Evil-merodac en 2 Reyes 25:27), quien reinó poco menos de dos años. Neriglisar, cuñado de Evilmerodac, gobernó solamente cuatro años. LabasiMurduc, hijo del anterior, fue depuesto nueve meses después. Nabonidus, caudillo del partido sacerdotal, gobernó durante dieciséis años, desde el 555 al 539 a. C., pero pasó la mayor parte de su tiempo en el Oasis de Teima, en Arabia. Los asuntos de estado en Babilonia quedaron entonces en manos de Belsasar, hijo de Nabonidus. Bajo el mandato de Belsasar, aun el pueblo de Babilonia se sintió disgustado por la corrupción prevaleciente en la nación.
En tanto que el poderoso ciervo del bosque está de pie y firme, sus enemigos no se atreven a atacar. Pero ante el menor gesto de debilidad o desmayo, los lobos avanzan para darle muerte. Así es con los imperios, y Babilonia tambaleaba. Las fieras estaban a la espera. Al este y al norte del Golfo Pérsico, dos naciones ascendían en poder: los medos y los persas. Uniéndose bajo la dirección de un gran gobernante, Ciro —posteriormente llamado "el Grande"—, la alianza medo-persa se volvió hacia Babilonia. Ciro iba a influir profundamente sobre la historia de la casa de Israel y del mundo. Un historiador destacó la importancia de este hombre:
"Ciro el Grande surgió en la historia en el año 559 a. C. como gobernador de la pequeña provincia de Ansán, distrito al noroeste de Elam, justamente al sur de Media y al este de los montes Zagros. Ansán estaba entonces bajo el yugo de Media. Cuando Ciro se rebeló contra su señor Astyages, el ejército medo se pasó al bando de Ciro en su totalidad, y entregó como prisionero a Astyages. Ciro aparentemente era el elegido de los medos para ser su rey. La capital del imperio, Ecbatana, con todo su tesoro, pasó a manos de Ciro prácticamente sin lucha alguna. Así, en diez años Ciro se convirtió en el señor del Imperio Medo que comprendía los siguientes territorios: la Persia moderna, el norte de Asiria, Armenia, el Asia Menor hasta el Río Halis (véase sección de mapas).
"Después de dos años dedicados a la organización del imperio, Ciro se dirigió hacia el occidente, decidido a la conquista. Después de conquistar el norte de la Mesopotamia, atacó y venció a Creso, rey de Lidia, renombrado por su enorme riqueza. El reino de éste se extendía desde el Río Halis [en Turquía] hasta el Mar Egeo [en Grecia]…
"Volviendo en el año 539 a. C., Ciro avanzó contra Babilonia, la cual le abrió sus puertas sin presentarle batalla. [De acuerdo con Daniel, Belsasar vio la escritura en la pared que anunciaba la caída de Babilonia la noche antes de que Ciro entrara en la ciudad y diera fin al imperio (véase Daniel 5).] En verdad, [Ciro] parece haber sido bien recibido por el pueblo como amigo y benefactor. De esta manera Ciro llegó a ser amo de toda el Asia occidental.
"La caída de Babilonia marcó el fin del poder mundial semita. Con el triunfo de Ciro, una nueva raza, la indo-europea, se apoderó del dominio mundial y el destino político del mundo estuvo, desde entonces, en manos de esa raza. Por lo tanto, este acontecimiento marca un momento decisivo en la historia bíblica.
"Ciro nació para ser líder entre los hombres. Introdujo una nueva norma en el trato de los pueblos conquistados. En lugar de tiranizarlos y mantenerlos en sujeción mediante la fuerza bruta, trató con consideración a sus vasallos y se los ganó como amigos. Fue particularmente considerado con las religiones de los pueblos conquistados. Las consecuencias de esta conducta serían que sus súbditos se unirían a él con una lealtad tal que haría de su reino una era de paz." (Elmer W. K. Mould, Essentials of Bible History, págs. 348-49.)
Esta revolución en la política iba a afectar profundamente la histona del mundo, particularmente la historia judía, pues cuando Ciro entró a Babilonia, los judíos todavía estaban exiliados allí.