Identifica y escribe en tu cuaderno cuál es el tema, de qué se trata y las características más evidentes
de cada uno de los siguientes textos, utilizando mínimo una vez la expresión "la razón es”.
"2 Hasta cuándo, Catilina, continuarás poniendo a prueba nuestra paciencia? ¿Cuánto más esa locura tuya seguirá burlándose
de nosotros? ¿A qué fin se arrojará tu irrefrenable osadía? ¿Acaso nada te ha inquietado el destacamento nocturno del
Palatino, nada la guardia de la ciudad, nada el temor del pueblo, nada la concurrencia de todos los hombres de bien, nada
esta fortificadísima plaza que es el Senado, nada los labios y los rostros de todos los presentes? ¿No comprendes que tus
planes se derrumban, no ves que ya tu conjura ha sido sofocada por el hecho mismo de que todos la conocen?"
"Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos, que anduvo errante muy mucho después de Troya sagrada
asolar, vio muchas ciudades de hombres y conoció su talante, y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando de asegurar la
vida y el retorno de sus compañeros. Mas no consiguió salvarlos, con mucho quererlo, pues de su propia insensatez
sucumbieron víctimas, ¡locas! de Hiperion Helios las vacas comieron, y en tal punto acabó para ellos el día del retorno.
Diosa, hija de Zeus, también a nosotros, cuéntanos algún pasaje de estos sucesos."
Respuestas
Lucio Sergio Catilina fue un político de noble familia romana, ambicioso y que deseaba ser elegido cónsul, pero que fue derrotado por Cicerón. Tras endeudarse y no haber sido elegido mediante democracia, planeó un golpe de estado matando a Cicerón, quien fue informado a tiempo.
Cicerón recurrió a una serie de discursos en el Senado, las famosas Catilinarias, consiguiendo así que Catilina huyera hacia Etruria, donde el ejército de Roma se enfrentó a sus tropas y las derrotó, siendo entonces cuando Catilina murió.
En la retórica, la apostrofe consiste en una desviación con respecto a los oyentes, así pues durante la narración el orador se dirige a personas, cosas o grupos específicos.
Un ejemplo del inicio con apóstrofe en un discurso no dirigido a su destinatario tradicional, es cuando Cicerón comienza la primera "Catilinaria" sin dirigirse al Senado, sino refiriéndose a Catilina como a modo de acusación.