• Asignatura: Educ. Fisica
  • Autor: merchanjordip9cft8
  • hace 8 años

Como se trabaja la potencia en el baloncesto

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Respuesta dada por: margoth13
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A grandes rasgos, podemos diferenciar cuatro tipos o manifestaciones de la fuerza, según la relación existente entre la carga a superar y la velocidad a la que movilizamos dicha carga, es decir, la velocidad de ejecución, diferenciando así entre fuerza máxima, fuerza explosiva o potencia, fuerza resistencia y fuerza elástico-reactiva.

La fuerza máxima es la capacidad del músculo para producir el máximo nivel de fuerza que el sistema neuromuscular puede generar durante una contracción voluntaria máxima, es decir, es la capacidad para superar la mayor carga, o resistencia, posible, a través de un esfuerzo máximo (Bompa, 2003). Mientras que la potencia, o fuerza explosiva, es la manifestación conjunta de la fuerza y la velocidad, es decir, es la capacidad del músculo para generar la máxima fuerza posible en el menor tiempo posible (Bompa, 2003).

La fuerza resistencia es la capacidad del músculo para resistir un trabajo, o esfuerzo, bien porque este esfuerzo se mantiene en el tiempo, o bien por la alta repetición de este durante dicho tiempo (Bompa, 2003). Es decir, es la capacidad del músculo para continuar superando de forma competente los esfuerzos repetitivos o los esfuerzos que se mantienen durante un tiempo prolongado.

Finalmente, la fuerza elástico-reactiva constituye la capacidad de generar fuerza a través del denominado Ciclo Estiramiento-Acortamiento (CEA), durante el cual se da un pre-estiramiento de la musculatura y tendones, antes de ejecutar el movimiento deseado a la mayor velocidad posible, generando la mayor fuerza posible durante esta fase de acortamiento (Cole y Panariello, 2016).

Debemos tener en cuenta que, durante un partido de baloncesto, cada jugador realiza alrededor de 50 saltos y que, aproximadamente, un 10% de los movimientos realizados por nuestros jugadores son sprints que cubren distancias de entre 10 y 20 metros (Drinkwater, Pyne y Mckenna, 2008 citado en Pliauga et al, 2015). Del mismo modo, se ha podido observar como durante un partido se llegan a producir alrededor de 100 acciones de gran intensidad y corta duración (2 a 6 segundos), así como constantes cambios de dirección, acompañados de aceleraciones y deceleraciones, observándose una gran intensidad e intermitencia durante el juego (Attene et al, 2014).

Por tanto, podemos decir que el baloncesto es un deporte de salto, aceleración, desaceleración y rapidez, donde la mayor parte de los movimientos son de duración corta y requieren grandes velocidades y una alta intensidad, observándose que la mayor parte de estas acciones demandan aplicar la mayor cantidad posible de fuerza en el menor tiempo posible (Cole y Panariello, 2016).

Así, mientras la fuerza máxima no implica una dimensión temporal, no importa si la carga es vencida a mayor o menor velocidad, sin embargo, la potencia y la fuerza elástico-reactiva se basan en la relación entre la fuerza producida por los músculos y el tiempo necesario para generarla, también denominado Índice de Manifestación de la Fuerza (IMF).

Un ejemplo claro en nuestro deporte lo constituyen las salidas, todo jugador pretende superar al contrincante con un primer paso de salida potente y veloz, en esta situación podemos imaginar dos jugadores, el jugador A es un jugador que posee mucha fuerza máxima, mientras que el jugador B es menos fuerte, pero posee mayor potencia.

Teniendo en cuenta que el IMF durante situaciones de competición es muy corto, 200 a 500 milisegundos aproximadamente, sería posible observar como, durante ese intervalo de tiempo el jugador B (Potente) es capaz de generar una mayor cantidad de fuerza respecto al jugador A (Fuerte), pese a que, pasado dicho intervalo acabaría aplicando mayores niveles de fuerza que el jugador B (Cole y Panariello, 2016).

Es decir, el jugador A es capaz de aplicar mayores niveles de fuerza en situaciones que requieren de un tiempo de ejecución corto, lo que le permite un mayor impulso, tanto en la salida, como en el salto, siendo capaz de ejecutar ambas acciones a mayor velocidad.

Sin embargo, dada la vía metabólica responsable de este tipo de acciones (anaeróbica aláctica), y el carácter intermitente y submáximo del baloncesto, las reservas energéticas disponibles fluctúan a medida que el deportista repite este tipo de esfuerzos, pudiendo mermar en cierto modo la capacidad para aplicar la misma fuerza en cada ejecución, cobrando gran importancia el entrenamiento de esta vía metabólica, que nos permitirá que el deportista recupere dichas reservas de forma más eficiente, permitiéndole mayor capacidad para repetir este tipo de acciones aplicando su máxima potencia.

Por otra parte, los saltos constituyen el principal ejemplo respecto a la fuerza elástico-reactiva, donde se genera un pre-estiramiento antes de aplicar la fuerza contra el suelo, para así aplicar mayor fuerza contra el suelo y realizar un salto más potente.
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