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CON ESTE CUENTO SE PUEDE HACER UNA HISTORIETA DE SABER ESCUCHAR
Patito parlanchín: Cuento para enseñar la importancia de escuchar a los demás
Había una vez un patito parlanchín. Era un patito muy sociable y extrovertido, al que le gustaba mucho hablar, en muchas ocasiones hablaba y hablaba sin parar. Cuando estaba con sus amigos hablaba y hablaba sin parar y solía ser el centro de atención allá donde fuera.
A todos les gustaba mucho escuchar al patito parlanchín, ya que era muy gracioso, y simpático, y siempre tenía historias y anécdotas interesantes que contar. Pero ocurrió que el patito parlanchín se acostumbró a ser el centro de atención y cada día hablaba más y más. Tanto hablaba que se olvidó escuchar a los demás. El patito parlanchín pensaba que su conversación era muy interesante, así se lo habían hecho saber muchas veces, y pensaba también que los demás no tenían cosas interesantes que contar.
Así fue como, pronto todos sus amigos empezaron a hartarse de escucharle sin ser escuchados. Comenzaron a cansarse de no ser escuchados. Ellos también necesitaban contar sus cosas, ellos también necesitaban dar sus opiniones y sus ideas y contar lo que les preocupaba o lo que les pasaba en su día a día.
Poco a poco el patito parlanchín se fue quedando solo. Sus amigos no le llamaban y siempre tenían algo que hacer cuando el patito parlanchín intentaba quedar con ellos. El patito parlanchín se puso muy triste porque no tenía quien le escuchase. Necesitaba hablar y sentirse escuchado. Fue entonces cuando se dio cuenta de que él no había escuchado a sus amigos durante mucho tiempo. Comprendió que éstos seguramente también necesitaban ser escuchados. Comprendió que seguramente se habrían sentido solos al no poder expresar lo que les preocupaba.
Al comprender esto, pudo saber porque sus amigos ya no le llamaban, pudo saber que necesitaban ser escuchados.
Decidió reunirlos a todos y con mucho esfuerzo lo consiguió. Para sorpresa de todos, el patito parlanchín estuvo callado, escuchando atento a todos ellos, uno a uno.
Desde entonces, el patito parlanchín, sigue siendo un patito muy simpático y hablador, pero ahora ha aprendido a escuchar a sus amigos.