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La teoría de Freire se aplica en el ámbito educativo teniendo conciencia de educar para la liberación, identificando las fuerzas sociales que contribuyen con la opresión de las personas a través de la educación y ayudando a los estudiantes a tener conciencia de su realidad.
La manera de llevar esto a la práctica en el campo educativo según este autor es enseñar a los estudiantes a tener una visión critica del mundo en que viven, para poder liberarse de los opresores y como una manera de llegar a la plenitud del desarrollo. Dejar que los estudiantes de la clase oprimida tengan acceso a la educación reservada para la élite dominante y así poder oponerse en cuanto al poder, la riqueza y la tierra.
Su hombre nuevo surgirá cuando los oprimidos se comprometan con su propia transformación, haya armonía social, con bienestar para todos y no solamente para una clase dominante. Entonces, para aplicar esto en la realidad, la enseñanza debe incluir los conocimientos, la práctica de ellos, la creación en los estudiantes de una conciencia política para identificar y enfrentar la opresión y la transformación de la realidad.
También se debe identificar los elementos de opresión o dominación de clases como una forma de violencia, combatiendo mediante la educación, los mitos que ha creado el opresor como los siguientes: la clase dominante defiende el orden, la libertad, el mito de la igualdad de las clases sociales, el mito del pecado en la rebelión del pueblo, el de la propiedad privada como medio de desarrollo de la persona, el mito de que el estudiante es el receptor de los conocimientos del maestro.
La reflexión de los estudiantes, para que dejen de ser elementos pasivos en su propia educación es otra de las maneras de llevar a la práctica el pensamiento de Freire, evitando que los conocimientos sean archivados, porque una educación pensante es peligrosa para la clase opresora. Por ello los estudiantes deben descubrir su propia realidad, problematizándola para descubrir y comprender la realidad a través del diálogo. Del diálogo se pasa a la investigación y ello es liberador, porque lleva a conocer la auténtica realidad. Entonces el docente debe mantener un diálogo permanente sobre su acción.