que puedo tener si tengo las manos y pies siempre frias ,piel seca ,cansancio, dificultad para dormir,y perdida de menstruacion?
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Disautonomía: ¿qué es y cuáles son los síntomas?
La disautonomía es una enfermedad del sistema nervioso autónomo, el cual está encargado de regular aproximadamente el 90% de las funciones de nuestro cuerpo, que van desde órganos vitales, energía, reacción y emociones.
Si ya tienes el diagnóstico de este padecimiento o crees que lo tienes, seguro has sufrido de desmayos continuos o síncopes (sensación de desmayo), cambios en el ritmo cardíaco, presión sanguínea e intolerancia al estrés.
Sin embargo, la gama de síntomas es mucho más amplia y varía según el tipo de disautonomía.
Tras padecerla por más de 10 años, te puedo compartir algunos otros síntomas recurrentes que puedes experimentar ahora o en el futuro; toma en cuenta que el tratamiento es muy individualizado y no veas esto como una recomendación médica.
Síntomas de la disautonomía
Si has sentido varias veces algunos de los síntomas aquí mencionados, no dudes en preguntarle a tu médico si padeces disautonomía, para que tome en cuenta esta posibilidad. Muchos no tienen presente esta enfermedad y la mayoría -lo sé por experiencia- la confunden con ansiedad o cansancio crónico.
La disautonomía es un rompecabezas y mientras más piezas llevemos a las consultas, el doctor tendrá un mejor panorama de lo que nos pasa.
Visión borrosa: como si trajeras una telita que no te permite enfocar bien.
Dolor de cabeza: desde leves hasta migrañas.
Poliuria: necesidad de orinar frecuentemente.
Polidipsia: sed excesiva.
Vértigo: aún estática sientes que todo gira a tu alrededor.
Ansiedad: incluso en momentos donde otras personas se sentirían tranquilas.
Fatiga: falta de energía localizada y general.
Temblores: temblores internos, sientes que te tiemblan los músculos aunque no se vean.
Neuropatías: insensibilidad que puede darse en extremidades u otras partes del cuerpo.
Opresión en el pecho: sientes que te falta el aire o literalmente que te presionan el tórax.
Ruborizan: te sonrojaz por todo, además de sentir con facilidad el rostro caliente.
Desórdenes del sueño: el insomnio es muy frecuente, y falta de energía por las mañanas.
Sensibilidad a los estímulos: malestar por sonidos y luces fuertes por ejemplo.
Entumecimiento: de cara y extremidades, sete adormece el cuerpo con facilidad.
Sudor frío: manos y pies sudorosos.
Manos frías: por la falta de circulación las manos siempre están frías.
Intolerancia a temperaturas extremas; el calor te sofoca y el frío te pone a temblar.
Intolerancia a medicamentos: hasta un anti gripal puede hacerte sentir mal.
Problemas de azúcar: tu azúcar sube, baja o ambas.
Inflamación: es común experimentar inflamación, sobre todo de pies y cara.
Palpitaciones: son aquellas donde sientes que el corazón de pronto se te sale.
Cambios de presión: ésta puede bajar o subir súbitamente.
Problemas digestivos: estreñimiento, diarrea, colitis, gastritis, inflamación, etc.
Intolerancia postular: sientes mareo o síncope al estar de pie por varios minutos
Depresión: sobre todo, al pasar tantos años sin diagnóstico y poca calidad de vida, aunque también se debe al fallo del sistema nervioso.
Si identificas alguno de estos síntomas, háblalo con tu médico, de igual forma no dudes considerarlos para tu tratamiento.
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