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Camilo Torres Restrepo 1929-1966 presbítero católico desde 1954
Camilo Torres Restrepo
Presbítero católico colombiano, prototipo del cura guerrillero y pionero de la teología de la liberación, este sacerdote fue adalid de esa estrategia triunfante que permitió a la Iglesia de Roma neutralizar en América los componentes materialistas y ateos de la izquierda revolucionaria de quinta generación, mediante la infiltración y el empeño en “bautizar” hasta el guevarismo, en los años previos a la descomposición final de la Unión Soviética, asegurando así la continuidad y el vigor de la presencia cristiana y católica en las democracias capitalistas hispanoamericanas tras el freno a la expansión de la “revolución latinoamericana”. Como algunos revolucionarios marxistas vieron en Camilo Torres un táctico compañero de viaje, no es de extrañar que, todavía hoy, cierta izquierda extravagante le guarde alta consideración, reconocimiento que no se ha hecho público aún dentro de la propia organización clerical a la que sirvió (que ni siquiera le tiene abierta causa de beatificación).
Nace Jorge Camilo Torres Restrepo en Bogotá, el 3 de febrero de 1929, en el seno de una familia burguesa (hijo del afamado médico Calixto Torres Umaña y de Isabel Restrepo Gaviria). Vive sus primeros años en Europa (entre 1931 y 1934), y a partir de 1937, tras el divorcio de sus padres, en Bogotá con su madre, junto con su hermano mayor Fernando Torres Restrepo [1924-2007, quien fue un reconocido médico, profesor de neurofisiología de la Universidad de Minnesota, asentado en los Estados Unidos de Norteamérica desde 1950].
Realiza los estudios primarios en el Colegio Alemán, y los de secundaria en la Quinta Mutis de Bogotá. En 1946 se gradúa de bachiller en el Liceo Cervantes, y tras iniciar los estudios de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, una firme vocación tardía –fenómeno casi epidémico en los años siguientes al final de la Segunda Guerra Mundial– le determina a abrazar el estado eclesiástico, ingresando en el Seminario Conciliar de Bogotá, donde permanece siete años, hasta ordenarse sacerdote católico en 1954.