Respuestas
Respuesta:
Un día, un joven venado estaba bebiendo agua fresca en un riachuelo. De repente, un grupo de cazadores empezó a dispararle flechas desde una colina cercana. Ninguno dio en el blanco pero él, aterrorizado, comenzó una huida desesperada. Corrió y corrió sin rumbo fijo, y cuando pensaba que los tenía demasiado cerca y le iban a atrapar, el suelo se hundió bajo sus pies y cayó al vacío.
Una vez tocó fondo miró aturdido hacia arriba y se dio cuenta de que había ido a parar a una cueva oculta entre la maleza. Desde ese lugar oscuro y húmedo podía escuchar las voces de sus atacantes merodeando por la zona, así que intentó no mover ni un músculo y mucho menos hacer ruido. Al cabo de un rato los murmullos se fueron haciendo más débiles y respiró aliviado. ¡No había duda de que los hombres pensaban que su pieza de caza se había esfumado y se daban por vencidos!
Estaba a salvo, sí, pero una de las patitas le dolía muchísimo.
– ‘¡Ay!… ¡Ay!… ¡Qué torcedura tan inoportuna! … ¿Qué voy a hacer ahora si no me puedo levantar para salir de este agujero?’
No sabía nuestro amigo ciervo que se encontraba en la morada de tres genios buenos y compasivos que, nada más escuchar los quejidos, acudieron veloces en su ayuda.
Tranquilo! Tú quédate quieto que nosotros nos ocuparemos de todo.
Con mucho cariño y máximo cuidado los tres genios embadurnaron la pata dañada con un ungüento a base de frutos silvestres, perfecto para bajar la inflamación y calmar el dolor. Después lo ayudaron a tumbarse sobre un cómodo colchón y le prepararon algo de comida para reponer fuerzas. Tan a gusto se encontró que le entró sueño y se quedó dormidito como un bebé.
El venado recibió todo tipo de atenciones y mimos durante una semana hasta que se recuperó. Una vez se encontró en plena forma y sin molestias para caminar, decidió que había llegado el momento de regresar junto a la manada. espero que te alla gustado y perdon por lo largo:(
Explicación: