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Informando bien a las personas con textos que les interese y puedan saber más del tema que explicarías
Espero te sirva!!!
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En la escritura, como en la vida misma, tan importante es la forma como el fondo. Y para publicar una buena información tan importante es el contenido como la redacción. Ambos aspectos van unidos: un gran tema se puede perder por una mala redacción, y un gran texto puede mejorar de manera notable la información.
Una buena escritura no significa únicamente no cometer errores ortográficos o gramaticales, también hay que saber cómo redactar mejor, es decir, ser preciso y concreto, no mezclar ideas, crear una estructura coherente que facilite la lectura, etc.
A la hora de redactar un texto periodístico hay que tener claro qué es lo esencial de la noticia, cuáles son los hechos imprescindibles que no pueden faltar y los datos esenciales que vamos a incluir. Conviene elaborar previamente un guión de la historia que vamos a contar. Y a partir de ahí empezar a escribir.
Tanto en el proceso de escritura como en el repaso posterior del texto redactado es necesario tener en cuenta 7 trucos básicos para asegurarse de que la información se lee y comprende con facilidad.
No se escribe como se habla
Parece obvio, pero es fundamental tenerlo presente. La construcción del lenguaje hablado y del escrito son diferentes. Incluso aunque se persiga un estilo natural, las informaciones deben seguir una determinada estructura.
Asegúrate de que cada frase está bien construida: tiene sujeto, predicado y los complementos necesarios. Intenta escribir frases cortas y alternarlas con alguna un poco más larga.
Puntúa correctamente. La buena puntuación es imprescindible para hacer la lectura plenamente inteligible. Por ejemplo, hay que diferenciar el uso entre punto y seguido y punto y aparte. Cada uno tiene una función y no se alternan sólo en función del número de líneas que llevamos escritas. El punto y aparte implica un cambio de tema dentro de la unidad del texto.
Detecta lo importante e incluye lo esencial
Cada información tiene que ser unitaria, es decir, tiene que componer un todo con sentido. Y para ello es necesario detectar lo más importante de los hechos que vamos a narrar e incluir en el texto los elementos esenciales para una comprensión total de la historia.
A las informaciones no puede faltarles nada, tanto si tienen 20 párrafos como si son un breve de dos. En ambos casos, hay que incluir los aspectos fundamentales, lo hechos básicos para transmitir al lector, oyente o telespectador una idea completa de lo que ha pasado. Si es un texto de 20 párrafos podremos incluir numerosos detalles; si son 20 líneas tendremos que destilar los hechos y sacar la esencia de la información.
Centra la atención desde el primer párrafo
La entradilla, el arranque o el lead tiene que funcionar como un trailer de cine: presentar a una persona frente a un conflicto, o a un grupo de personas ante un enigma.
El primer párrafo es el anzuelo de la noticia. Las primeras líneas del texto deben exponer el núcleo de la información y recoger la esencia del titular. A partir de ahí, la historia camina sola.
Cuida los detalles y elimina muletillas
En cualquier texto hay que cuidar los detalles. Incluye elementos singulares que diferencien tu información de otras sobre el mismo tema que puedan publicar otros medios.
No repitas palabras, denota pobreza de vocabulario. Usa un diccionario de sinónimos para encontrar alternativas.
Y elimina las muletillas. Casi todos tenemos alguna muletilla que repetimos siempre. Búscala en tus textos y suprímela. También sobran los llamados ‘conectores’ como ‘por consiguiente’ o ‘en otro orden de cosas’.
Párrafo a párrafo
Hay que desarrollar las ideas de forma ordenada y progresiva. Cada párrafo constituye una unidad y su correlación puede servir de guía para construir un texto ameno, ordenado, coherente y con sentido.
Es conveniente agrupar todo lo relacionado con una misma idea en un mismo párrafo o en párrafos consecutivos. Así evitarás saltar de un tema a otro de forma desordenada y confundir al lector.
No incluyas sobrentendidos
Es lo que Miguel Ángel Bastenier llama ‘la teoría del marciano’: un marciano que desembarcara en nuestro planeta sabiendo castellano perfectamente y con un conocimiento, aún sucinto, de la historia y literatura del país, debería entender absolutamente todo lo que se escriba en el periódico, aunque solo a nivel básico.
Así, por ejemplo, cuando escribamos sobre un personaje muy conocido, la primera vez que se menciona hay que presentarlo con su cargo o tipo de representación pública. En ocasiones, la edad o una aproximación a la misma, será también necesaria, porque no es lo mismo informativamente un atracador de 20 años que de 90.
El lector no tiene por qué conocer los antecedentes de los hechos que estamos narrando. Hay que ponerle en contexto para que no se pierda durante la narración. Un lector que se pierde en nuestra información es un lector que abandona la lectura, es un lector menos.
Relee como si no supieras nada de lo escrito