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Espero que te sirva:
El narrador anónimo de la historia entabló amistad con Legrand. Una tarde lo visitó y se enteró que este había encontrado un escarabajo de oro. No lo vio porque Legrand lo había entregado a un teniente. Esa tarde los dos amigos tuvieron algunos malentendidos, así, el narrador se despidió y se fue a su casa. Un mes después, el relator recibió la visita de Júpiter, quien le entregó una carta escrita por su amo. El narrador leyó y se enteró que Legrand quería verlo. En el acto partieron los dos. Legrand lo recibió con cortesía y le dijo que lo acompañara a una expedición por las colinas. El narrador no quiso, pero luego aceptó y así partieron Legrand, Júpiter, el narrador y el perro. Cuando llegaron a un árbol frondoso, Legrand le ordenó a Júpiter que subiera con el escarabajo pendido de una cuerda. Júpiter subió decidido y llegó hasta una calavera. Legrand le dijo que pasase el escarabajo por el ojo izquierdo de la calavera y Júpiter lo hizo. El escarabajo descendió a la tierra. Legrand marcó el punto donde había caído el escarabajo, hizo algunas mediciones y empezaron a cavar sin éxito. Legrand se irritó con Júpiter porque se había equivocado al determinar el ojo izquierdo de la calavera y empezaron otra excavación, encontrando después de unas horas el cofre ansiado. Entonces Legrand le confesó al narrador la forma cómo había llegado a conocer la presencia del tesoro. Dijo que había encontrado el escarabajo de oro con un pergamino. El documento contenía un criptograma que Legrand descifró, y que había pertenecido a un pirata que había enterrado su apreciado tesoro.