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Respuesta:Los retablos ayacuchanos tienen su origen en la época de la colonia cuando los sacerdotes españoles en proceso de evangelización viajaban por todos los pueblos de la sierra peruana, llevando con ellos cajas articuladas con imágenes de varios santos católicos para que estos sean reconocidos por los pobladores. Estas se llamaban cajas de San Marcos y fueron tomadas de referencia por los artesanos para la realización de los retablos.
Durante la década de 1940, se inicia la creación de estas piezas de arte, usando como referencia las cajas de San Marcos para diseñar escenas con temáticas distintas relacionadas con motivos costumbristas, como corridas de toros peleas de gallos, fiestas y danzas tradicionales, escenas rurales y labores agrícolas. Los artesanos del pueblo de Ayacucho adaptan los nuevos cajones y los hacen propios, cambiándoles el nombre a retablos.
Como decía el poeta y escritor peruano César Vallejo, el arte viene del pueblo y se dirige hacia él. Bastaría con solo admirar su paciencia y minuciosidad para entender que no son solo retablistas sino verdaderos contadores de historias. Es en el pueblo de Quinua donde se puede visitar los talleres artesanales y apreciar la técnica que sus artesanos han conservado a través del tiempo.
En Ayacucho, Quinua es considerado un destino artístico que enamora y maravilla a sus visitantes con sus especiales y hermosos retablos, motivo por el cual muchos turistas asisten continuamente a los talleres y viven experiencias únicas. Quinua está situado a 32 km de Ayacucho y se llega con una carretera asfaltada en perfectas condiciones que se abren paso para conocer sus encantos.
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