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Las construcciones en sitios de riesgo más que un problema de control es un problema social. En realidad el encargado de controlar que no se levanten casas en sitios de peligro es el Municipio, pero lamentablemente las personas compran, a veces se toman arbitrariamente, terrenos sin las condiciones adecuadas de seguridad.
Falta un programa de concientización para que las personas no residan en estos sitios. Ahora el problema es que no se les puede sacar a la fuerza de sus hogares, de pronto la solución es crear una política municipal que implique sustituir el terreno peligroso por un sitio seguro.
Tomemos en cuenta que estas familias a más que se asientan cerca de laderas y ríos, usan, en ocasiones, materiales no adecuados como cartones, madera, plásticos, incluso desechos sin ninguna dirección técnica. Este es un factor de mayor riesgo pues en caso de fuerte temporal, la lluvia arrasa con todo.
Entonces debe haber una política de ayuda y también una posición enérgica para controlar. Tomemos en cuenta que para construir cerca de un río, se debe marcar una distancia de 50 metros, pero esto no sucede. En Tulcán esto se evidencia en el río Tajamar, donde las viviendas están asentadas al borde del río.
La solución es crear una zona de vivienda social, con parámetros de seguridad y de servicios básicos, pues las viviendas en sitios peligrosos también van acompañados de inseguridad e insalubridad, porque no cuentan con drenajes adecuados para aguas servidas ni lluvias.
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