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Respuesta:
Él se siente como dentro de una cueva, encerrado en un infierno de razonamientos e imaginaciones, siente que camina por un túnel separado del resto del mundo y paralelo a otro túnel por el que camina María. Las paredes de ese túnel son de vidrio, y a través de ellas puede observar a María, pero nunca nítidamente, y es más, a veces las paredes son de piedra negra, y ella se convierte en un ser extraño e inalcanzable para él.
La pintura Maternidad hay que analizarla desde dos puntos de vista: la escena principal es la de una madre con su hijo, que en cierto modo simboliza la relación materno-filial entre los dos protagonistas, pues Juan Pablo se comporta como un niño inmaduro en innumerables ocasiones y encuentra su salvación en María, que aparece, por un lado, como la figura de la madre protectora, estrechamente ligada a la figura de la Virgen María, y por otro, como una mujer de naturaleza ambigua y siniestra.
La escena de la mujer solitaria que contempla el mar es la clave de la unión entre Juan Pablo y María. Para ambos es un mensaje de desesperanza y de soledad absoluta. María se identifica con la mujer del cuadro que él ha pintado como dominado por unas fuerzas externas que le guiaban. La pintura de Juan Pablo cambia a medida que se deteriora su estado mental, es como un reflejo de su conflicto interior, de hecho, resulta muy significativo que antes de asesinar a María destruya el cuadro con el mismo cuchillo que empleará para cometer el crimen, es una especie de presagio de muerte.