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Resumen del capítulo 2: El gato Tuerto
Paloma despierta tras una noche de terror y se asoma para verificar si su gato estaba allí, en efecto el gato se encontraba en la habitación y esto la tranquilizó. Paloma advierte a su padre que ha escuchado una voz la noche anterior que provocó el grito que éste, había escuchado. Sin pensarlo mucho su padre corre de inmediato a checar el perímetro de la casa y le ordena a Paloma encerrarse en su habitación, tras un par de horas afuera, regresa sin ningún indicio de intrusos o animales peligrosos.
El padre aún preocupado por el supuesto intruso decide contactar a dos policías para que se encargaran de la vigilancia de su casa, sin embargo estos le exhortan llamar a la estación de policía más cercana. Paloma baja para desayunar y advierte la presencia de dos hombres sentados en la sala, se acerca y los saluda. Seguido de ello, su padre le indica que es una conversación de adultos y ésta se retira. Los oficiales deciden brindarle su número telefónico para el sosiego de Apolo, a pesar de que uno de ellos no estaba completamente de acuerdo.
Apolo más tranquilo, decide preparar el desayuno y nota diversas bolsas de comida abiertas y regadas en el suelo, acusa a Paloma de este acto y luego del berrinche que esta propinó exclama que han sido las ratas rosadas, las culpables de aquel alboroto. Su padre sorprendido le cree y decide ir por comida, ella molesta y temerosa se queja pero su padre decide irse a por las provisiones. Paloma llora por aquella respuesta y escucha una voz proveniente del armario que le dice en voz baja: ¡Hey!, no llores. La niña había encerrado al gato en el clóset luego de que su padre le indicase subir a su habitación tras el desastre ocasionado por aquellas ‘‘ratas rosadas’’.
Paloma caminó por la habitación formulándose diversas hipótesis, todo había empezado desde que el gato estaba en la casa; las voces que escuchaba inclusive. Quizás era que... ¿Su gato podía hablar?