Respuestas
La inseguridad y el miedo al rechazo vienen de las primeras vivencias infantiles y tienen relación con una baja autoestima y una poca valoración de sí mismo, que juntas dan una inhibición para conectarse afectivamente con los demás.
Debido a su intenso deseo consciente de afecto y aceptación, las personas con personalidad evitativa, están francamente angustiadas por su aislamiento e incapacidad para relacionarse cómodamente con los demás. Responden al rechazo con retraimiento y no con un comportamiento irascible.
No hay consejos únicos ni generales y cada caso debe ser trabajado en particular por medio de una terapia profunda para ir a causas y revisar tu historia personal.
Muchos casos responden, especialmente en los hombres jóvenes, a personalidades evitativas, cuyo temor es el contacto y el compromiso afectivo por miedo a no ser aceptado y a sufrir desengaños. Es un tipo de fobia social.
El estar pendiente de la mirada ajena genera un desgaste de energía muy fuerte y la persona se esconde o aísla socialmente por no enfrentar al otro.
Uno de estos cimientos es el miedo a ser rechazado. Su contracara: la necesidad dependiente de ser aprobado.
La carencia propia: no poder aprobarse, autorizarse, darse permisos uno sin pedir eso mismo en los demás.
Primeramente la persona se encuentra con estar llevando adelante su vida con malestar, angustia, depresión, miedos, molestias, dificultades, incomodidades, distintos tipos de sintomatología limitante sin saber qué tiene que ver la persona en todo esto, o peor aún, sin registrar que definitivamente se tiene que ver con esto.