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el canser La profesión médica tiene en general unas connotaciones muy especiales al actuar sobre individuos semejantes en los que la acción profesional tiene enorme ascendencia. espero que te s
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Explicación:Los microorganismos, tales como bacterias, virus, hongos, y parásitos (ver Tipos de organimos infecciosos) causan enfermedades infecciosas.
El médico sospecha una infección basándose en los síntomas, los resultados de la exploración física y los factores de riesgo de la persona afectada. En primer lugar, se confirma que el paciente tiene una infección en lugar de otro tipo de enfermedad. Por ejemplo, un paciente con tos y dificultad para respirar puede tener una neumonía (infección del pulmón). Sin embargo, también puede tener asma o insuficiencia cardíaca. En este paciente, una radiografía de tórax puede ayudar a distinguir la neumonía de los otros posibles diagnósticos.
Una vez que el médico confirma que el paciente tiene una infección, por lo general necesita saber qué microorganismo concreto está causándola. Muchos tipos diferentes de microorganismos pueden producir una infección dada. Por ejemplo, una neumonía puede ser causada por virus, bacterias, o rara vez, hongos. El tratamiento es diferente para cada uno de ellos.
Diferentes pruebas de laboratorio permiten identificar los microorganismos. Se utilizan una muestra de sangre, orina, esputo, o de otro tejido o fluido corporal. Estas muestras se pueden
Teñir y examinar al microscopio
Cultivar (someter a condiciones que estimulan el crecimiento de microorganismos)
Analizar para comprobar si existen anticuerpos producidos por el sistema inmunitario de la persona en respuesta al microorganismo
Analizar para detectar la presencia de antígenos de un microorganismo (moléculas del microorganismo que son capaces de desencadenar una respuesta inmunitaria en el cuerpo)
Detectar material genético (como ADN o ARN) del microorganismo
Ninguna prueba puede identificar todos los microorganismos, y las que son útiles para uno a menudo no son eficientes para otro. El médico elige la prueba en función del microorganismo que considera que es más probable que cause el trastorno en cuestión.
A veces se realizan varias diferentes, generalmente en un orden concreto, según los resultados obtenidos en la prueba anteriormente realizada. Cada una delimita aún más las posibilidades. Si no se realiza la prueba adecuada, no se puede identificar la causa de la infección.
Algunas muestras que se envían para análisis, como el esputo, las heces y los frotis de la nariz o la garganta, contienen de forma habitual muchos tipos de bacterias que no son las responsables de la enfermedad. El médico distingue entre estas bacterias y las que sí que podrían causar la enfermedad del paciente. Otras muestras proceden de localizaciones que, en condiciones normales, no contienen microorganismos (que son estériles), como la orina, la sangre o el líquido cefalorraquídeo (el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal). El hallazgo de bacterias en estas muestras es anormal.
Una vez identificado un microorganismo, el médico puede hacer pruebas para determinar qué fármacos son más eficaces (pruebas de sensibilidad), con lo que se puede iniciar antes el tratamiento que parece más eficaz.