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Respuesta:
Dicho hallazgo, hace que del corazón del mendigo, del
harapiento, del peregrino o quizás del poeta se manifieste un Canto al Oro, pudiendo
ser con el disimulado interés de recibir algún beneficio dorado por razón de
tales cantos. A través de este canto, lo elegió, lo alabó, lo comparó, lo hizo
superior que muchas otras cosas, demostró todo su poderío, uso y aplicaciones.
Sin embargo, lo interesante pasa el final, pues luego de
aquellos cantos, sus alabanzas e himnos se los llevó el viento y el eco,
resonando en las tinieblas, y al instante aparece una viejita pidiendo limosna.
Aquella especie de mendigo, de harapiento, o quizás un peregrino o pudiendo ser
un poeta, al ver a la viejita le dio su última migaja de pan que le quedó después
del canto, y ésta se marchó entre las sombras murmurando entre dientes.
Explicación: