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El Ejército Británico durante la Primera Guerra Mundial luchó la guerra más larga y costosa en su larga historia. A diferencia de los ejércitos de Francia y Alemania, sus grupos estaban formados exclusivamente por voluntarios - en comparación con el servicio militar obligatorio- al principio del conflicto. Además, el Ejército Británico era considerablemente más pequeño que sus contrapartes Francesa y Alemana.
Durante la Primera Guerra Mundial, había tres diferentes ejércitos británicos. El "primer" ejército era una pequeña fuerza de voluntarios que consistía en 400,000 soldados, más de la mitad fueron mandados al extranjero para guarnecer el Imperio Británico. Este total incluía el ejército permanente y la reserva de voluntarios. Juntos formaban la Fuerza Expedicionaria Británica (FEB), que fue formada para servicio en Francia. El "segundo" ejército era el Kitchener Army, formado por voluntarios en 1914-1915 y destinado a entrar en acción en la Batalla del Somme. El "tercero" fue formado después de la introducción del reclutamiento en el Reino Unido en enero de 1916 y para finales de 1918, el Ejército Británico había alcanzado su fuerza máxima de 4,000,000 hombres y podían tener hasta 70 divisiones. La gran mayoría del Ejército Británico peleó en el teatro de operaciones en el Frente Occidental en Francia y en Bélgica en contra del Imperio Alemán. Algunas unidades estaban en Italia y Salónicad contra el Imperio Austrohúngaro y las Fuerzas Terrestres de Bulgaria mientras otras unidades luchaban en el Frente del Oriente Medio, Africa y Mesopotamia - principalmente el Imperio Otomano- y un batallón peleó junto con el Ejército Imperial Japonés y China durante la Batalla de Tsingtao
La guerra también trajo problemas para los comandantes del ejército, ya que, antes de 1914, la formación más larga que un General en la FEB había comandado en operaciones era una división militar. La expansión del Ejército Británico promovió a algunos oficiales de brigada a cuerpo del ejércitoTen menos de un año. Los comandantes del ejército también tuvieron que cooperar con las nuevas tácticas y armas que fueron desarrolladas. Con el cambio de maniobras a guerra de trincheras, tanto la infantería como la artillería tuvieron que aprender como trabajar juntas. Durante la ofensiva y en la defensiva aprendieron a combinar fuerzas para defender el frente. Más adelante en la guerra, cuando los Machine Gun Corps y los Tank Corps fueron añadidos al orden de batalla, también fueron incluidos en la nueva doctrina táctica.
Los hombres que se encontraban al frente tenían problemas de abastecimiento había escasez de comida, y la enfermedad se daba por condiciones de infestación de ratas. Junto con la acción del enemigo, muchas tropas tenían que luchar con nuevas enfermedades: pie de trinchera, fiebre de trinchera y nefritis. Cuando la guerra terminó en 1918, las pérdidas del Ejército Británico, como resultado de la acción del enemigo y de las enfermedades, fueron 673,375 muertos y desaparecidos, junto con otros 1,643,469 heridos. La prisa por desmovilizar al final de la guerra disminuyó sustancialmente la fuerza del Ejército Británico de su pico de 4,000,000 hombres en 1918 a 370,000 hombres en 1920.
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