Respuestas
Respuesta:
Recién inventado, te sirve??
Explicación:
Esa vez fue el día más terrible de mi vida, salí sorteado junto con otros ocho hombres para ir al laberinto y entregarme al monstruoso Minotauro. Todos mis compañeros pasamos la noche anterior en una celda, menos Teseo, que como era hijo de nuestro Rey Egeo, fue invitado al palacio del Rey Minos.
Esa noche me la pasé pidiéndole a los dioses que sucediese cualquier cosa antes de que a la madrugada entrase a ese laberinto sin salida. Las horas no pasaban y el miedo no me dejaba dormir. Estuve así hasta que el sol se asomó en el horizonte. A las diez de la mañana, vinieron a buscarnos los soldados que nos llevaron hasta el laberinto. Era de una construcción increíble, la entrada hecha de piedras, los pasillos no tenían fin, en cada uno se trazaba una curva y así sucesivamente.
Al comienzo, nos mantuvimos unidos de las manos pero nadie quería ir primero, excepto Teseo, que era el único que estaba tranquilo, su rostro transmitía paz. Fue él el que nos dijo que iría adelante. Entre una de esas curvas, una sombra gigante se hizo presente: era el Minotauro, alcancé a ver su enorme figura, sus ojos de toro salvaje, sus colmillos sobresalientes. Todo duró un minuto, porque Teseo, mi gran héroe de verdad, le clavó un cuchillo y la bestia cayó inmediatamente. Entonces, todos los rodeamos y pudimos observar de cerca, su deformidad, su cuerpo de hombre común, ahora débil y su cabeza gigantesca tirada sobre el suelo áspero.
La salida del laberinto fue inmediata, Teseo poseía un ovillo cuyos hilos de oro nos guiaba, ese ovillo que le había entregado Ariadna, la hija del rey, a quien en una noche , nuestro héroe la había enamorado.