Respuestas
Respuesta:CULIACÁN._Cumpliendo órdenes precisas del cura Hidalgo, José María González Hermosillo inició el penoso recorrido desde el pueblo de Magdalena, en el hoy estado de Jalisco, rumbo a las provincias de Sonora y Sinaloa, al frente de una tropa que según el artículo Noticias de la Guerra de Independencia en Tepic, firmado por el J. Eucario López, publicado en la Revista Estudios Históricos No. 10, en junio de 1979, estaba compuesta por mil 700 hombres de a pie y 200 de a caballo; y con esa fuerza salió con rumbo al Real del Rosario, llegando a las riveras del río Baluarte el 17 de diciembre de 1810.
Este personaje que más tarde jugara un importante papel en la lucha independentista era un ranchero originario de la comunidad de Jalostotitlán, en la región de los altos de Jalisco.
Conocía de las labores del campo y del ganado, más no de cuestiones bélicas; a su favor tenía la sinceridad con la que había aceptado la responsabilidad encomendada y los deseos de cumplirla hasta las últimas consecuencias, como quedó demostrado al tomar a sangre y fuego el real de minas de El Rosario el 18 de diciembre de 1810, defendido por el comandante realista Pedro de Villaescusa y a quien en un acto de nobleza o de ingenuidad perdonó la vida bajo el juramento de no volver a hacer armas en contra del ejército insurgente.
Tres son los objetivos ordenados a José María González Hermosillo por el Generalísimo Miguel Hidalgo y Costilla: el primero, hacer un reconocimiento de la población española, mestiza, indígena y criolla de la región y las posibilidades de incorporarla en el mediano plazo a la insurgencia; la toma de Cosalá y posteriormente la toma de Durango. Dentro de estos tres aspectos están implícitos la divulgación de las ideas independentistas en las provincias de Sonora y Sinaloa, así como el de allegarse recursos para el mantenimiento del ejército.
Algunos historiadores afirman que en esta región del noroeste de la Nueva España, la guerra de independencia no prendió. Tienen razón si a lo que se refieren es a que la lucha armada fue fugaz, pero no al asegurar de que no tuvo mayor repercusión.
Si bien es cierto que la tropa de González Hermosillo fue derrotada por las fuerzas realistas al mando del Gobernador intendente de esta provincia, Alejo García Conde, el 7 de febrero de 1811, en su intento de tomar San Ignacio, quedó la inquietud de las ideas de libertad en los grupos de criollos, mestizo e indígenas de este territorio.
Los acontecimientos suscitados en la España de Fernando VII, por ese tiempo, darían pie para que en una década se pactara la independencia de la Nueva España, y esta vasta región participa en la jura solemne de la independencia, en los asentamientos más importantes de las provincias.
Para 1828, en el contexto del enfrentamiento entre el belicoso prelado Fray Bernardo del Espíritu Santo con Guadalupe Victoria surge el Estado Interno de Occidente, se tiene ya una constitución que da soporte jurídico a la nueva entidad y 2 años después se logra la separación de Sonora y Sinaloa y para el año de 1831, son ya dos vigorosas entidades, libres, soberanas y con sus propias leyes.
Se debe considerar no únicamente la trascendencia de la acción guerrera de la huestes insurgentes, sino la ideológica, donde participaron destacados hombres y mujeres de origen sinaloense como Pablo de Villavicencio, que estará llamado a ser uno de los iniciadores del periodismo liberal mexicano, con sus artículos de combate en contra de la tiranía, Fructo Romero y Petra Manjares con su imprenta que dio vida del periódico El Despertador Americano, sólo por mencionar algunos personajes.
No hay que olvidar que, efectivamente, los combates de Rosario y San Ignacio fueron lo más relevante en cuanto a la contienda armada, sin descuidar el movimiento encabezado por Apolonio García desde Careatapa, en la región de Badiraguato, derrotado al poco tiempo en la región de Charay, pero la lucha ideológica fue un hecho.
Esa lucha soterrada y abierta a la vez se dio, y poco a poco se sentaron las bases para el surgimiento de una clase política regional con aspiraciones de constituirse en una república con su división de poderes.
Es necesario hurgar en las fuentes ya sea impresas o manuscritas existentes en archivos no consultados, para tener nuevas percepciones de nuestra historia.
El mariscal de campo José María González Hermosillo dejó sembrada la semilla de la libertad en uno de los más preclaros sinaloenses como lo fue Pablo de Villavicencio, quien aparte de haber sido un combatiente de primera línea y alcanzar grado militar en la lucha insurgente, supo combatir con gallardía a través de sus escritos a todos aquellos que se oponían a la construcción de un territorio libre.
Septiembre, mes de la patria, 2010.