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Respuesta:
Hay animales que utilizan venenos para atrapar presas y otros lo hacen para evitar ser presa de otros animales. Hay equinodermos, centellados, anélidos, moluscos, artrópodos, peces, reptiles y anfibios que utilizan venenos.
En la anotación anterior hemos visto toxinas que interfieren en el normal desarrollo de la comunicación entre neuronas o entre una neurona y una célula muscular; lo hacían obstaculizando o impidiendo la liberación de los neurotransmisores, que son las moléculas encargadas de trasmitir la información. Pero además de ésas, también las hay que impiden que tales neurotransmisores actúen correctamente en la célula a la que se dirigen, esto es, la que recibe la información.
Explicación:
Entre esas toxinas se encuentra la a-bungarotoxina. Se trata de un péptido que forma parte del veneno de la serpiente Bungarus multicinctus (traite común). La a-bungarotoxina se une de forma irreversible al receptor nicotínico del neurotransmisor acetilsalicílico y como consecuencia, la acetilsalicílico no provoca la apertura de los correspondientes canales. Al no poderse abrir esos canales, las células musculares en cuyas membranas se encuentran no se contraen. De esa forma, el búlgaro, al morder e inyectar el veneno, paraliza a la presa. No se trata de un modo de acción singular, ya que los pitidos a-neuroendocrina -de la cobra- y extrauterina -de la serpiente de mar- ejercen el mismo efecto