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Explicación:
En un mundo asolado por los conflictos, las Organizaciones Internacionales constituyen para los gobiernos el mecanismo para la celebración de consultas instantáneas y un foro para hacer frente a los problemas a largo plazo. Cuando las negociaciones entre gobiernos se estancan, las Organizaciones Internacionales ofrecen los buenos oficios de sus funcionarios para que actúen como un tercero imparcial. La neutralidad de sus funcionarios y de las Organizaciones Internacionales es uno de los bienes más preciados que deben poseer las Organizaciones. En casos de conflicto, los Estados Miembros, actuando por conducto de las Organizaciones Internacionales, pueden enviar misiones de paz para que se cumpla la cesación del fuego o para interponerse entre las fuerzas beligerantes (caso de las Naciones Unidas, OTAN).
Se han obtenido logros muy importantes en la promoción de los intereses nacionales en el exterior. La diplomacia venezolana es observada con sumo interés y respeto en todas partes del mundo, por su dinamismo, su apego a las normas del derecho internacional, por su disposición a promover un mundo multipolar y solidario. Particular énfasis se ha puesto en la defensa de la soberanía nacional, en el fomento de la integración latinoamericana y caribeña, en la revaloración del diálogo Sur-Sur y, por lo tanto, de los organismos multilaterales que agrupan a los países de América Latina y del Caribe, Asia y África. Venezuela ha tenido una amplia autonomía para aprovechar las oportunidades que ofrece la Globalización, así como para evadir sus amenazas y riesgos.
Al moverse con flexibilidad y audacia en la escena internacional, busca aliados e interlocutores en función de los intereses superiores de la Nación. Para la promoción del diálogo Sur-Sur, Venezuela se inspira en las mejores tradiciones de solidaridad que atesoran sus pueblos, con el objetivo de impulsar políticas que contribuyan a lograr un desarrollo económico y social realmente humano.
De allí la importancia que otorga, por ejemplo, al fortalecimiento de foros como el Grupo de los Quince, el Grupo de los Setenta y Siete, el Movimiento de los No Alineados, el Grupo de Río y otros de concertación política y económica como la Comunidad el Mercado Común del Sur y la Asociación de Estados del Caribe.
Del mismo modo, Venezuela desarrolla una seria y responsable diplomacia petrolera. Ha contribuido al fortalecimiento de la OPEP mediante la defensa de los precios del petróleo; política que ha permitido una recuperación de éstos hasta niveles justos para los productores y aceptables por los consumidores, al tiempo que activa mecanismos, como el Acuerdo de San José, para favorecer con líneas de crédito a países centroamericanos y caribeños.
Venezuela se está moviendo fluidamente y sin complejos en el tejido de la globalidad. Mantiene las mejores relaciones con el país que más influencia tiene hoy en la arena internacional: Estados Unidos. Con él cultiva y se propone desarrollar aún más una relación de amistad y de respeto mutuo. Venezuela se propone ampliar sus vínculos con el país hacia el cual va el grueso de nuestras principales exportaciones y desde el cual viene la principal corriente de inversión extranjera.
Conviene a Venezuela mantener y desarrollar relaciones muy estrechas con países del mundo árabe y persa; ambos pertenecientes a la civilización islámica. La relación con este mundo no sólo es necesaria desde el punto de vista económico (ya que a él pertenecen países que integran a la OPEP), sino que, además, con la mayoría de ellos se tiene afinidades culturales, enraizadas en tiempos de la Venezuela colonial, a través de la influencia de la civilización árabe-islámica presente en la Península Ibérica, cuyo legado recibimos de la metrópoli española de entonces. Y deben valorarse, además, los aportes de las recientes corrientes migratorias que han dejado su impronta en la cultura nacional.
Rechazar culturas que no forman parte de la tradición occidental, es una expresión de racismo y de discriminación cultural. Es obvio que, por muchas razones, a Venezuela le interesa impulsar las relaciones con el mundo árabe e islámico. Hasta ahora no se ha valorado la importancia que esos países y culturas tienen para nosotros. Baste mencionar que con los diez países de la OPEP, Venezuela apenas ha firmado siete acuerdos bilaterales. Y conste que, con algunos de ellos tenemos más de cincuenta (50) años de relaciones diplomáticas.