Ensayo sobre ¿pudo haberse evitado la masacre terrorista y militar de los años 80 y 90? (minimo 480 palabras)
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Las masacres perpetradas por organizaciones terroristas y el Estado peruano a manos de efectivos policiales y militares durante la década comprendida entre 1980 y 1990, conocida como Época del terrorismo en el Perú o Conflicto Armado Interno del Perú, según la historiografía oficial, pudieron evitarse atendiendo las causas que originaron esa cruenta realidad, y que fueron el caldo de cultivo para el surgimiento y afianzamiento de organizaciones armadas guerrilleras: desamparo económico, social y político por parte del Estado a las provincias del país, especialmente la zona conocida como VRAEM, conjunto geográfico conformado por Valle del Río Apurímac, Ene y Mantaro, en la zona central-sur del país, lugar donde afloraron grupos armados de corte marxista e influencia leninista y de la Revolución Cultural China, como el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y Sendero Luminoso.
Debido a la precariedad en las condiciones de vida de sus habitantes y la inexistencia de presencia y atención gubernamental en las zonas antes mencionadas, estos movimientos insurgentes pudieron organizarse de forma prácticamente inadvertida, sin oposición alguna, y más importante aún: con la simpatía inicial del campesinado en las zonas rurales, quienes percibían cierta afinidad teórica con los postulados ideológicos de la guerrilla: protección al campesino y la clase obrera, llamados a tomar un papel protagónico en el estado comunista que estos grupos perseguían instaurar en el Perú por vía de las armas. Esta relación relativamente armoniosa se desmoronó progresivamente cuando en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry, este decretó el Estado de Emergencia y desplegó a las fuerzas armadas en respuesta a la influencia y control territorial de las guerrillas, principalmente Sendero luminoso, e hicieron mucha más compleja la realidad sobre el terreno. Así, los grupos irregulares implementaron la extorsión, tortura y ajusticiamientos contra lugareños sospechosos de colaborar con la fuerza pública, y esta, a su vez, hizo lo propio asesinando extrajudicialmente a personas acusadas, sin presentar pruebas o derecho a la defensa, de proporcionar ayuda material o logística a los grupos armados catalogados por el gobierno como grupos terroristas. En el curso de los acontecimientos, y como consecuencia de estos, entró un tercer actor en el conflicto: grupos de autodefensa, conocidos en Perú como Rondas Campesinas, civiles armados y entrenados por el ejército con el objetivo de contener el avance y área de acción de la guerrilla. En ese punto la guerra fratricida tomó un carácter cada vez más cruento y sanguinario, desdibujándose cualquier amparo ideológico o legal para degenerar en acciones abierta e inexcusablemente terroristas, vejatorias y violatorias de los Derechos Humanos más elementales consagrados por las Naciones Unidas en 1948, perpetradas por la insurgencia a través de asesinatos en masa de hombres, mujeres y niños, y atentados con explosivos, y el Estado Peruano por intermedio de las ejecuciones sumarias de combatientes rendidos y más grave, de civiles desarmados, la mayoría inocentes, sin importar su edad o género. Los comuneros o asociaciones campesinas paramilitares mentadas “Rondas Campesinas” también cometieron desmanes. Ejemplo de estas acciones salvajes e inhumanas fueron la Masacre de Uchuraccay acontecida el 26 de enero de 1983 y la Masacre de Accomarca el 14 de agosto de 1985