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Explicación:
comenzó con la caída de Cartago; derumbada y quemada por los romanos
La Cultura Fenicia se desarrollo en Asia Menor, a orillas del Mar Mediterráneo y al Oeste de Siria. Su territorio pertenece en la actualidad al Líbano. Eran grandes navegantes y comerciantes. Crearon y propagaron su alfabeto, del que se derivaron casi todos los alfabetos del Mundo Antiguo.
El territorio de Fenicia se situaba al oeste de Siria. Comprendía una estrecha faja de territorio, aproximadamente de unos 40 a 50 km de ancho por 200 km de largo, cuyos límites fueron: por el norte, con Siria (golfo de Alejandría); por el sur, con Palestina (Monte Carmelo); por el este, con las montañas del Líbano; y por el oeste, con el mar Mediterráneo.
Su territorio accidentado, así mismo el aislamiento de sus pueblos, por las estribaciones del Líbano, los empujaron al Mar Mediterráneo haciéndose grandes marinos, eficientes comerciantes y buenos colonizadores.
Gracias a la decadencia de Tiro, Cartago se convirtió en una de las ciudades mas importantes y prósperas del Mediterráneo. Su origen lo encontramos en una pequeña colonia fenicia ubicada al norte de África. Su dominio comercial abarcó desde Sicilia hasta las costas españolas.
Sus grandes rivales fueron los griegos y posteriormente, los romanos, quienes destruyeron la ciudad de Cartago, en el año 146 a.C. durante las Guerras Púnicas
Como pueblos comerciantes e industriales, generaron una clase de ricos, quienes eran los gobernantes, y por tanto conformaban un gobierno oligárquico. Algunas ciudades eran gobernadas por un rey o por magistrados llamados sufetes, pero controlados por la nobleza despótica, que manipulaban al rey.
Las ciudades fenicias orientales eran políticamente independientes unas de otras. El territorio sobre el que cada una de ellas ejercía su dominio era sorprendentemente pequeño, con una extensión de tierra suficiente como para alimentar con su cosecha a todo sus habitantes.
Aunque las ciudades más grandes como Tiro y Sidón, debieron tener una cierta hegemonía sobre las otras, sin embargo. nunca hubo una confederación fenicia. Esto hace aún más sorprendente el éxito del comercio fenicio, que en economía llegó a ser una auténtica potencia mundial.
La misma Cartago, incluso, no fue un poder estrictamente imperialista. Buscó un dominio comercial, se impuso por las armas, pero nunca buscó sus posesiones con un afán de imponer su poder en el sentido de dominio político
Cartago tuvo, en principio, sólo un pequeño territorio, pero en el siglo V, se había extendido cubriendo una amplia zona del noroeste tunecino. Aún así, la misma Cartago no pasó de ser una Ciudad-Estado y nunca fue una nación, los territorios que dominaba sólo fueron utilizados para su servicio cuando era necesario. Así, en sus extensos territorios en Africa, sólo pocos habitantes de la zona eran fenicios, el resto debían ser bereberes y esclavos negros. En Hispanía, no se tienen noticias exactas sobre su dominio.
Los cartagineses (al menos antes de los Barca) se debieron limitar a cobrar tributos, a explotar las tierras económicamente (comercio y minas principalmente) y a exigir las contribuciones haciendo levas para el ejército en caso de necesidad, lo mismo, seguramente, que en territorio africano. Ya en época de los Barca, éstos tal vez quisieron constituir en Hispanía una monarquía de tipo helenístico y Animal mismo se casó con Himilce, princesa originaria de Cástulo (Jaén).
En la documentación egipcia, ugarítica, asiria, y aún más tardía, siempre existen claras referencias a los reyes fenicios. Estas monarquías eran, en principio, hereditarias, aunque esto no siempre ocurriera en la práctica. Pueden establecerse listas dinásticas, pero no están completas y sólo para las grandes ciudades como Sidón, Tiro, Arados y Biblos.
Más tarde, la forma de gobierno pasó a ser una oligarquía. Los Consejos de Ancianos, formados por ricos mercaderes bajo el dominio persa y quizá antes, eran, al principio, los asesores de los monarcas y comenzaron, más tarde, a tener un poder total.
En Tiro surgieron unas magistraturas que se encargaban de las funciones ejecutivas. Lo mismo sucedió en Cartago, probablemente en el siglo V a.C.
El poder constitucional se hallaba en manos de dos magistrados, quizá elegidos anualmente y llamados jueces o sufetes. Existía un Senado de 300 miembros vitalicios, también existía un Consejo de 104 miembros que formaban una junta o tribunal de inspección pública. Ante ella, los generales y funcionarios tenían que dar cuenta de su actuación en el cargo.
Con los productos de su industria y del comercio desarrollaron la navegación, recorriendo el Mediterráneo en todas las direcciones, el Mar Egeo y parte del Atlántico.