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Si bien el discurso oficial apunta a una estrategia de diversificación de la matriz productiva, analizando las cifras de comercio exterior de Argentina con el resto del mundo, se observa que durante los últimos años las ventas al resto del mundo se han ido concentrando cada vez más en los principales diez productos de exportación.
Según cifras de COMTRADE, entre 2000 y 2013, los envíos totales al exterior se han incrementado 185%, pasando de US$ 26.245 a US$ 74.786 millones, mientras que las ventas de los diez principales productos de exportación se expandieron 228%, de US$ 11.784 a US$ 38.664 millones. Esta mayor expansión de los principales productos destinados al resto del mundo generó un aumento de la concentración de éstos en el total: en 2000 representaban el 44,9% de las ventas y en 2013 alcanzaron el 51,7%.
A nivel agregado, el impulso del ciclo expansivo de las exportaciones tiene su origen en la apertura comercial de los ’90. A pesar del atraso cambiario de esa década, entre 1990 y 2000 las ventas al exterior se incrementaron 115%.
En tanto, desde el punto de vista sectorial, la maduración de las inversiones realizadas en el sector primario durante la misma década explica una parte muy importante de la dinámica exportadora de los últimos años, junto al fuerte incremento de los precios internacionales de las materias primas en las que el país posee muchísimas ventajas comparativas naturales, debido al el ingreso de los grandes emergentes – principalmente China – al mercado mundial.
Dos sectores
Antes de analizar la concentración del comercio es importante destacar que ésta se da en un sentido vertical, de tal manera que los productos dentro del grupo de los bienes con mayor porcentaje de exportación forman parte de la misma cadena productiva.
Desagregando las cifras, existen dos grandes grupos que engloban la mayor parte de los principales bienes de exportación: por un lado, el tradicional sector agropecuario y, por otro, un sector industrial, el automotriz, el cual adquiere relevancia debido a los incentivos y protección con la que cuenta.
Desde el punto de vista del agro, Argentina siempre se proyectó como el “granero del mundo”. Desde los orígenes del país hasta la actualidad esto ha dado lugar a que los modelos económicos basados en esta premisa hayan mostrado fuertes signos de vulnerabilidad, “atando” al crecimiento económico a los vaivenes de los precios de las materias primas. Durante los últimos trece años, el 47% de los bienes exportados pertenecen al sector agroganadero, y dentro de ellos, el 62,5% corresponden al agropecuario.