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Respuesta:
Pachacutec separó y no dejó que Ollantay se casara con Cusi-Coyllur, como final de sus acciones para que este matrimonio no se diera, apresaron a Ollantay
Explicación:
EL DRAMA OLLANTAY: Según la leyenda, Ollantay se enamoró de la inalcanzable Cusi-Coyllur, hija del gran Inca Pachacútec. La princesa Cusi-Coyllur (estrella en RUNASIMI) también se había enamorado del valor y de la hermosura de Ollantay, pero sabía que este amor era un romance prohibido por la estricta ley del Inca, ya que jamás una doncella de sangre real, una hija del Inca, y un hombre del pueblo, podían llegar a celebrar un matrimonio tan desigual, puesto que tal acto sería considerado sacrilegio por el Huillaq Uma, el sumo sacerdote, y les acarrearía el castigo máximo.
Ya estaba Ollantay obteniendo la confianza del Inca Pachacútec cuando de pronto, en una conversación, le pide la mano de su hija preferida. El Inca Pachacútec, al oírlo le dice “tan sólo eres un hombre” como diciendo que no es nadie noble ni importante, así que no se podrá casar con su hija hasta que estos dos hombres discuten terminando en una separación.
Cusi-Coyllur, en plena etapa de gestación es sepultada viva en los túneles del Aclla Huasi o casa de las vírgenes, de donde sacaban esposas para la gente importante. Mientras tanto, el ofendido general Ollantay se levantó en rebeldía contra Pachacútec y dio comienzo a una lucha épica y desigual, enfrentándose el héroe al mismo Inca y consiguiendo reunir todas las virtudes totémicas bajo su arma. Así, según la leyenda, Ollantay se mueve con la elasticidad de la serpiente, actúa con la astucia del zorro, llega hasta donde sólo lo hace el cóndor; es tan valeroso como el jaguar y tan duro como las montañas de los Andes.
Unos quince años después, Ollantay fue finalmente capturado gracias a la traición del capitán Rumiñahui quien apareció como expulsado del Cusco y Ollantay lo acogió dándole asilo, pero durante una noche Rumiñahui abrió las puertas permitiendo así la entrada del ejercito del Cusco, ciudad a la que sería llevado Ollantay.
Afortunadamente para él, el Inca Pachacútec ya había muerto y su hijo Túpac Yupanqui era el nuevo soberano. Al nuevo Inca le contaron la historia de Ollantay y su hermana Cusi-Coyllur, y con la clemencia sabia, el matrimonio de los dos amantes, que habían tenido una hija llamada Ima Sumaq, se permitió. De esta manera, luego de largos años separados, ambos pudieron por fin vivir juntos el amor que por siempre se habían profesado