• Asignatura: Historia
  • Autor: david1lozanopbbg6a
  • hace 8 años

ejemplos de formas de concertacion a nivel regional nacional e internacional.

Respuestas

Respuesta dada por: yordibolivarr
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Respuesta: Contextos, definiciones y enfoques de concertación

El resurgimiento en la década de los 90 de procesos de concertación de políticas, en los países de la

Unión Europea, ha sorprendido por su considerable amplitud, fenómeno que varios autores han Así mismo, entendemos la concertación de políticas como una opción que tienen los gobiernos para

lidiar con problemas de difícil resolución, que propicia la movilización de los actores de acuerdo a sus

propios intereses, perspectivas y valores, ocurriendo con mas frecuencia en el campo del empleo y la

política social.

En el análisis de estos procesos se examinan tres elementos que ayudan a su comprensión: i. los

determinantes externos (análisis del entorno) que influyen en el proceso; ii. el contenido de las agendas

de concertación, esto es, los problemas más apremiantes de difícil resolución; y iii. la posición de los

actores.

En el caso europeo el tema central durante los años 90 parece haber sido la reforma de la seguridad

social (Campo Lima; Baccaro; Compston). Los principales elementos del contexto que han influido en

la reaparición de este fenómeno se refieren a la globalización de los mercados, la unión monetaria y los

efectos potenciales del envejecimiento de la población. Tales factores tienen ciertamente consecuencias

directas en el mercado de trabajo, la negociación salarial y la reforma de la seguridad social.

Claramente la mayor parte de los pactos se han iniciado en contextos de desempleo agudo y han

apuntado a remediar tal situación, con variados resultados, unas veces con logros y otras con fracasos

(Pochet y Fajerteg).

En las experiencias europeas también se observa un fortalecimiento de los poderes públicos en la esfera

social, lo que a decir de los autores antes citados aseguraría su control en la determinación del nivel

salarial y en el mantenimiento de aumentos compatibles con la competitividad económica y la

estabilidad monetaria, y a la vez garantizaría la adhesión (mínima) de los actores claves a los proyectos

de reforma del mercado laboral y del régimen de prestaciones sociales

En América Latina se trata mas bien de un proceso errático, desigual, disperso, con escasa organicidad.

Rivera (2001) explica que las razones por las cuales la concertación no ha logrado “entronizarse como

una práctica institucionalizada en el marco de una democracia deliberativa”, se deben a una serie de

límites que dichas experiencias confrontan, a saber: i. la ausencia generalizada de tradición y vida

democrática; ii. el débil desarrollo institucional; iii. el uso político (manipulación) de la iniciativas; iv.

el cortoplacismo de las experiencias; v. la prevalencia de una visión centralista y sectorial 3

. Sin

embargo, Rivera no alude a ninguno de los tres factores de Compston, para explicar la debilidad del

proceso en la región, que pensamos se deben adicionar a la reflexión que intentamos hacer sobre el

problema.

Las experiencias de diálogo y concertación en la región están llenas de avatares, debido a la crisis

política, económica y social. A pesar de su desarrollo accidentado, sus bajos resultados y escaso nivel

de consolidación, estos procesos consiguen de todas formas incidir en el fortalecimiento de la cultura

democrática.

La concertación social, esto es, la concertación en torno a políticas sociales, tiene entonces historia en

la región, aunque se trate de procesos cambiantes y limitados. En los años setenta el Estado hacía la

intermediación de los intereses del capital y del trabajo sobre la base de un modelo corporativo,

caracterizado por un sindicalismo altamente organizado y centralizado, amparado en una legislación

laboral que promovía la existencia de centrales únicas de trabajadores, y un empresariado representado

en forma igualmente organizada. El sistema político-económico operaba como una coalición de

intereses donde las demandas de los sectores populares estaban subordinadas pero incorporadas a dicha

coalición. De esta forma, el Estado asumía una mayor intervención en la satisfacción de las demandas

sociales al punto que en muchos países se llegó a configurar un tipo de Estado del bienestar. Los

conflictos entre capital y trabajo eran resueltos por la correlación de fuerzas entre el Estado,

empresariado, sindicatos y partidos, y el centro de resolución era el Estado. (Sosa, sf)

Explicación:

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