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Respuesta:Ahora bien, el judaismo de hoy se reconoce como una tradición propia del pueblo judío (el nombre de Judá se preservó para todo el pueblo; ya en el libro bíblico de Ester, se hace referencia a "los judíos" para referirse a la comunidad en el exilio) y no es el mismo sistema. El día de hoy se reconoce -al menos, académicamente- que es mejor hablar de judaismos (en plural) que de judaismo (en singular), aún en la antigüedad. Los judaismos de hoy han tenido varias transformaciones y, con todo, puede rastrearse su origen al siglo I de nuestra era. La primera fuente es el Nuevo Testamento, los documentos de Qumrán y otros, tardíos, como midrashes, targúmenes y la Mishná, para rematar con el Talmud. Como se verá, el fariseísmo del siglo I es un antecedente del rabinismo posterior. Éste es el que da pie a una manera más precisa en que se puede entender los orígenes de lo que hoy, al menos de manera general, se entiende por la tradición del judaismo. Entonces estaríamos hablando del siglo II, cuando se conforma la Mishná como comentario rabínico a la Torá. Sin embargo y a pesar de que el día de hoy los judaismos reconozcan estas fuentes (Mishná, midrashes, Talmud, Zohar y otros tantos comentarios) y se consideren continuadoras de su espíritu -digamos-, no son iguales a las que dieron origen a dichos textos. Hay que considerar que el tiempo y las circunstancias van moldeando una tradición y, en especial, la del pueblo judío, una tradición que en la diáspora generó otras, influenciadas por tradiciones alternas.
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