Respuestas
1- Problemas económicos
Tras declarar la independencia, las cuentas del país estaban prácticamente en bancarrota. Hay que tener en cuenta que la guerra había dejado al nuevo estado sin la mitad de su fuerza de trabajo.
Además, partía ya con una deuda pública de 45 millones y no se vislumbraban soluciones a corto plazo.
No existía una estructura administrativa que permitiera el cobro de impuestos, y se encontró con verdaderos problemas al intentar recaudarlos entre los grandes hacendados o entre el clero, que controlaba una buena parte de las tierras dedicadas a la agricultura.
México tuvo que industrializarse a marchas forzadas, pero no fue sino hasta el Porfiriato cuando la economía pudo recuperar un cierto empuje, aunque fuera a costa de aumentar enormemente las desigualdades sociales.
2- Intervenciones extranjeras
No fue solo la economía lo que puso en aprietos al país. México tuvo que afrontar la intervención de varias potencias extranjeras. La debilidad de la nación hizo que países como Francia o España intentaran atacarla.
En el caso de España se trató de un intento de reconquistar México para devolverlo a su reino. Así, una potente flota naval llegó a las costas de Veracruz en 1829. Sin embargo, la reacción del ejercito mexicano detuvo este intento.
Francia, por su parte, atacó a México en 1838 por motivos económicos. La llamada Guerra de los Pasteles duró hasta marzo de 1839.
Finalmente la amenaza de intervención inglesa logró que la potencia europea suspendiera las hostilidades.
3- La política expansionista de Estados Unidos
Dentro de las agresiones sufridas por naciones extranjeras destaca sobremanera las de otro país norteamericano con pocos años de historia independiente: los Estados Unidos.
El presidente Monroe había declarado que su país debía ser el hegemónico en el continente. Era la llamada doctrina del “Destino Manifiesto”, con su “América para los americanos (los del norte)”.
Entonces, no paran de sucederse ataques para conquistar varias partes de México. Finalmente, en 1845 consiguen hacerse con el territorio de Texas y, años después, en 1848, México tiene que ceder al gigante del norte nada menos que 2.263.866 km2 correspondientes a Texas, Nuevo México y California.