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Seguramente habrás oído hablar de la atmósfera de un cuento o de una novela. Especialmente en novelas y cuentos de determinados géneros, como el género de terror o suspense, la creación de una atmósfera es muy importante. Pero qué es exactamente la atmósfera de un texto literario. Teresa Martín Taffarel en su libro “Caminos de escritura” la define así:
La atmósfera se manifiesta en un conjunto de cualidades y efectos producidos en el espacio que rodea a un personaje o que se respira en un texto poético. El término procede de la ciencia y etimológicamente significa “vapor” (atmos) y “esfera” (sphaira). Es decir envoltura gaseosa de la Tierra (María Moliner), y se refiere al aire, al cielo, a la intemperie. En este sentido podemos hablar de una atmósfera clara, pesada, seca, irrespirable, húmeda…
Si trasladamos estas cualidades a un paisaje o a un ambiente, creados con ciertas imágenes y expresado en un lenguaje poético con una particular carga emotiva, sugerimos un estado de ánimo especial.
Así que cuando hablamos de atmósfera de un cuento, no nos referimos solo a la descripción del clima atmosférico, que también puede ser un elemento más que ayude a crear esa atmósfera literaria. La atmósfera de un cuento es pues una especie de aura que sobrevuela la escena y que nos proporciona no solo aspectos visuales que tienen que ver con la realidad, sino también con aspectos emocionales, con las sensaciones que trasmite y con el estado de ánimo del personaje. Para trasmitir es atmósfera al lector es necesario alguna descripción del escenario y del entorno en que se mueve el personaje o más bien de la situación general en que se encuentra dentro de la escena. En esas descripciones, cada elemento, cada objeto, es como un rasgo del estado emocional en que se encuentra sumido el personaje o que envuelve el espacio en el cual se encuentra. Teresa Martín lo explica con algunos ejemplos:
El primer ejemplo es un fragmento de la novela del escritor chileno contemporáneo Jorge Edwards, El sueño de la historia. El protagonista, un chileno recién llegado del exilio, alquila un departamento en el centro de Santiago, y en él se instala:
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