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Separación de sexualidad y reproducción[editar]
El origen del control de la natalidad y la anticoncepción debe remontarse al descubrimiento por nuestros antepasados de la asociación entre la práctica de relaciones sexuales y la posibilidad de embarazo en el caso de mujeres fértiles. Aunque en general, la confirmación de la fertilidad era considerada de manera favorable —hasta el punto de que la infertilidad se consideraba una maldición o castigo—,2 se deseaba controlar la reproducción y en todo caso adecuarla al momento más favorable, facilitarla o impedirla dependiendo de muy variadas circunstancias socioeconómicas. En ese largo tránsito histórico se alumbraba la separación de sexualidad y reproducción que comenzó en el siglo XVIII con la práctica del matrimonio por amor —en el que no contaba solamente la descendencia— y la generalización de los métodos anticonceptivos.3
Sigmund Freud escribió en 1898:
Teóricamente, sería uno de los mayores triunfos de la humanidad si el acto responsable de la procreación pudiera ser elevado al nivel de una conducta voluntaria e intencional y, de esta manera, separarlo del imperativo de satisfacer un impulso natural.4
Neomalthusianismo: sexualidad y procreación consciente[editar]
Artículo principal: Neomalthusianismo
El neomalthusianismo tuvo especial auge a finales del siglo XIX y principios del XX extendiendo su influencia durante la primera mitad del siglo XX. El neomalthusianismo es una actualización de la teoría demográfica, social y poblacional de Thomas Malthus que considera correcta la teoría de la población de Malthus -que señala que la población crece a ritmo geométrico y los recursos en progresión aritmética por lo que se llegaría a una catástrofe malthusiana o crecimiento demográfico desorbitado que habría que evitar-5 pero discrepa en las medidas para controlar el crecimiento de la población.
Los neomalthusianos consideran la reproducción ilimitada como un problema que afecta de manera especial a las clases pobres con extensas familias numerosas, ya que las condena a la misera. Proponen la toma de conciencia social e individual la limitación de la natalidad como necesaria para evitar la superpoblación —de facto la separación entre sexualidad y reproducción y la defensa de la maternidad libre—, la procreación consciente, la promoción de la planificación familiar, el uso y difusión de métodos anticonceptivos (principalmente preservativo y diafragma) así como la práctica del aborto considerando inadecuados los obstáculos represivos o destructivos tradicionales del malthusianismo: represión sexual, castidad, retraso del matrimonio, hambrunas, epidemias y guerras.678
La difusión y generalización de los métodos anticonceptivos en la segunda mitad del siglo XX ha consolidado la posibilidad real de la separación de prácticas sexuales y reproducción.9
Religión y sexualidad[editar]
Artículo principal: Religión y sexualidad
La relación entre religión y sexualidad es variada en las distintas religiones. Es clave la consideración que pueda darse de diferentes hechos: el matrimonio, las prácticas homosexuales, el adulterio, etc. Para algunos, como Michel Foucault, el control de la sexualidad es una forma más de control social.
Iglesia católica: prohibición de la anticoncepción[editar]
La moral sexual católica ha sido restrictiva en el uso de la anticoncepción ya que defiende que los fines del matrimonio son dos: ayuda mutua y procreación. Sobre todo se basa en que la relación sexual debe ser unitiva y procreativa, es decir, abierto a la vida (lo que no significa que en toda relación deba buscarse un hijo). Por esto la doctrina católica defiende y promueve los métodos naturales para la regulación de la fertilidad. Excepto en ramificaciones heréticas como el maniqueismo y el catarismo, este principio ha sido reafirmado numerosas veces: encíclica Arcanum Divinae Sapientiae de León XIII; encíclica Casti connubii de 31 de diciembre de 1931 de Pío XI en la que se rechaza cualquier tipo de anticoncepción; encíclica de Pablo VI Humanae vitae de 1968 contra el aborto y el control de la natalidad.1011
Iglesia anglicana: legitimidad y tolerancia de la anticoncepción[editar]
La iglesia anglicana en la Conferencia de Lambeth de 1930, presidida por Cosmo Gordon Lang, declara legítimo recurrir a la anticoncepción no sólo mediante la continencia, sino también por otros medios, si bien de forma limitada. Otras declaraciones posteriores, como la de la Conferencia de Lambeth de 1958 y la de la National Council the Churches of Christ, de 1961 en Estados Unidos, corroboran y precisan esta posición que no pone ninguna restricción al uso, en aquel momento, de los últimos métodos anticonceptivos: la píldora y el dispositivo intrauterino (DIU).12
Prohibición de la anticoncepción[editar]