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Valor y precio son dos conceptos que no siempre llevan al mismo significante. Existen situaciones en las cuales las cosas adquiridas a un determinado precio adquieren un valor diferente. La necesidad, la utilidad y el uso pueden obrar sobre el precio de un artículo y llevarlo a valores de alto aprecio. Los entendidos de la materia afirman que el precio de un artículo lo fija el vendedor, en tanto que su valor lo fija el usuario.
Esto se comprueba en la historia de un artículo en particular, el termo Stanley. Del cual, el diario argentino La Nación en fecha 23 de abril de 2019 publicó una nota en su sección de economía. Según esta nota, este ya centenario termo, disponible en las tiendas argentinas a un precio equivalente a USD 90, podía ser comprado por USD 20 en las tiendas Walmart de Miami. Refiere la redactora de la nota, María Julieta Rumi, que a pesar de la apreciable diferencia de precio, había clientes dispuestos a comprarlo al precio argentino.
En palabras de los importadores, el que haya clientes dispuesto a pagar más de cuatro veces el precio al comprarlo en la Argentina se debe la percepción del producto como bueno, resistente y con identidad. En ese sentido,lado afirman que existe el valor agregado de la identidad nacional por la tradición matera del país, lo que hace aumentar el nivel de aprecio hacia el producto.
Al respecto de ese nivel de aprecio, el diario La Nación entrevistó a Facundo Mendizabal, dueño y presidente de la Importadora Paralle. Esta importadora tiene a su cargo la importación de los termos Stanley para la república argentina. Mendizabal aseveró que la aceptación del termo fue construida sobre la base de la imágen. Para eso, fueron muy útiles las redes sociales, el trabajo de líderes de opinión y muchas horas de proyecto publicitario. En sus palabras, se identificó que había un espacio libre en el mercado y se procedió a posicionar el producto.
Finalizó Mendizabal diciendo que al comprar el termo Stanley en Argentina, se estaba invirtiendo en construir una identidad. Aparte de que se estaba adquiriendo un buen termo de calidad, se estaba construyendo una identidad que estaba, al final de todo, relacionada con la costumbre nacional del consumo de la yerba mate.