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Cuento Una Reputación
El mensaje central del cuento Una Reputación, de Juan José Arreola, es que esta se gana a través de una conducta externa, observable por el otro, independientemente de que sea la verdadera naturaleza del ser, buena o mala.
En la lectura, por ejemplo, el personaje principal se autodefine como alguien poco caballeroso, poco cordial, a quién no le van conductas corteses, pero que en un momento determinado, inexplicable hasta para él mismo, decide hacer un cambio y cede su puesto en el autobús a una mujer. Es el reconocimiento tácito que recibe de esta lo que le motiva a continuar con la misma conducta cada vez que ingresa una nueva pasajera a la unidad de transporte colectivo. Como es de esperarse, cada muestra de cortesía hacia cada pasajera, va generando mayores muestras de aprecio por parte de las féminas, cuestión que le es grato y que le genera un compromiso de mantener su accionar en la misma línea.
Mientras sus acciones de cortesía son aprobadas por las mujeres, ocurre lo contrario con los hombres, quienes de forma implícita menosprecian sus gestos y le censuran. Indicando así que una misma acción puede ser apreciada o no según la persona a quién vaya dirigida, por lo que es altamente subjetiva su valoración.
El compromiso mencionado anteriormente, que siente el personaje llega a sobredimensionarse de manera tal, que se olvida de sí mismo en pro del beneficio de las damas presentes, garantizando su protección, sin embargo, al finalizar la jornada y descender del transporte, él mismo reconoce que todo lo que hizo obedece a una respuesta esperada por la sociedad (representada en esos hombres y mujeres del autobús) mas no a una motivación intrínseca, propia de su ser, por lo que llega a sentir remordimientos.
Al final del día, lo más importante fue que se había consagrado fortuitamente como un caballero, esa fue su reputación.
Espero haberte ayudado.
Cuento Una Reputación
El mensaje central del cuento Una Reputación, de Juan José Arreola, es que esta se gana a través de una conducta externa, observable por el otro, independientemente de que sea la verdadera naturaleza del ser, buena o mala.
En la lectura, por ejemplo, el personaje principal se autodefine como alguien poco caballeroso, poco cordial, a quién no le van conductas corteses, pero que en un momento determinado, inexplicable hasta para él mismo, decide hacer un cambio y cede su puesto en el autobús a una mujer. Es el reconocimiento tácito que recibe de esta lo que le motiva a continuar con la misma conducta cada vez que ingresa una nueva pasajera a la unidad de transporte colectivo. Como es de esperarse, cada muestra de cortesía hacia cada pasajera, va generando mayores muestras de aprecio por parte de las féminas, cuestión que le es grato y que le genera un compromiso de mantener su accionar en la misma línea.
Mientras sus acciones de cortesía son aprobadas por las mujeres, ocurre lo contrario con los hombres, quienes de forma implícita menosprecian sus gestos y le censuran. Indicando así que una misma acción puede ser apreciada o no según la persona a quién vaya dirigida, por lo que es altamente subjetiva su valoración.
El compromiso mencionado anteriormente, que siente el personaje llega a sobredimensionarse de manera tal, que se olvida de sí mismo en pro del beneficio de las damas presentes, garantizando su protección, sin embargo, al finalizar la jornada y descender del transporte, él mismo reconoce que todo lo que hizo obedece a una respuesta esperada por la sociedad (representada en esos hombres y mujeres del autobús) mas no a una motivación intrínseca, propia de su ser, por lo que llega a sentir remordimientos.
Al final del día, lo más importante fue que se había consagrado fortuitamente como un caballero, esa fue su reputación.
Espero haberte ayudado.