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conducta de manera adversa a la consecución del goce erótico.
al interior del matrimonio el arrebato erótico era un bien escaso, no.
Y es en ese envoltorio donde muchos usuarios encuentran un elemento erótico.
Enajenación mental causada por el amor y caracterizada por un delirio erótico.
Era un misticismo erótico, una religión secreta restringida a sólo dos miembros.
Se besan de nuevo y esta vez el beso no es erótico, tiene toda la contención de una despedida.
Las medias ascienden con él hasta la cintura, visten el medio cuerpo erótico, persisten en un roce estimulante.
Y todos se sentían reconocidos y cautivados por él en su lugar más sensible; había acertado su centro erótico.
Traub parte de la base de que el cuerpo erótico es un espacio material para las inscripciones de la ideología y el poder.
Los zapatos que subrayaban el misterio erótico al que conducen las piernas de las mujeres y que los hombres buscan con los ojos.
Desearían tener ese pequeño temblor inimitable en su propio repertorio erótico para animar los encuentros sexuales entre ellos.
De haber murmurado sus apasionados versos al oído de la muchacha, ella habría apreciado la descomunal nariz como un símbolo erótico.
En un encuentro erótico dos individuos pueden ejercer una forma de poder uno sobre el otro, y este poder se puede ejercer de maneras muy distintas.
El cibersexo se convierte así en una concentración de lo erótico en su estilo más puro, una idealización romántica de los encuentros sexuales.
Tampoco debería sorprendernos que uno de los festivales de cine erótico -en realidad, pornográfico- más importantes de Europa se celebre en la Ciudad Condal.
Lilly Quinlan tenía equipamiento de ocio doméstico que probablemente le había costado veinticinco mil dólares: el sueño erótico de un fanático de la modernidad.
Era tan gracioso ver a esa hermosa mujer embarazada, en el balcón, intentando ejecutar los extraños movimientos de un baile erótico con su abultado vientre metiéndose por en medio.
Entre ellos figuraban una compilación de cantos religiosos -los Salmos- atribuidos a David, una colección de dichos sapienciales -los Proverbios- y un poema erótico -el Cantar de los Cantares-.
En determinado momento, ocurre algo entre ellos (¿una pelea? ¿un juego erótico?), que hace que el amigo abra la puerta del despacho y eche a correr desnudo por el pasillo hacia el lavabo de señoras.
Ya casi había resuelto que el simple contenido erótico de sus últimas memorias había provocado su obsesión hacia las mujeres rubias; algo similar le había ocurrido en el pasado sin más complicaciones.
Cada vez que encuentra en la anatomía de su compañera un punto sensible le pone el rótulo de «zona erógena», como si hubiera evolucionado con un solo y único propósito, y ese propósito fuera erótico.
Poesía, música, popularidad, dinero, política, son ingredientes que mezcla en forma magistral para crear el elíxir erótico y divino de hacerse irresistible, y consumir la fantasía de estar con quien quiera.
Uno habría imaginado que una vez desaparecidos el miedo al embarazo, y el bagaje tan poco erótico de píldoras, condones y la aritmética de la ovulación, el sexo estaría libre para probar nuevos y originales encantos.
Sobre todo en el caso del jazmín, parecía que el perfume dulce y erótico de las flores hubiera quedado grabado en las placas de grasa como en un espejo y ahora lo irradiaran con toda exactitud, "cum grano salis", por así decirlo.
El conjunto de todas las modelos del catálogo de Victoria's Secret, con sus ligas, minúsculas bragas y sujetadores picantes apenas tiene una fracción del atractivo erótico de Stormy en bragas de colegiala y camiseta de Bob Esponja.