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Resumen de El barril de amontillado
El cuento narra el asesinato que comete un hombre llamado Montresor, que quería vengarse de Fortunato, un hombre que lo había insultado ya varias veces y no quería soportar otro insulto mas.
El asesinato fue planeado durante mucho tiempo por Montresor y es realizado en el carnaval, Fortunato iba vestido de payaso cuando se encuentra con Montresor, y él le dice que si lo ayuda a saber si un barril de amontillado que están por venderle es real. Montresor lleva engañado a Fortunato a unas catacumbas y lo embriaga y dada a la humedad de las catacumbas la salud de Fortunato que al parecer tenía una tos empeora cada vez más.
Montresor encadena a Fortunato y pone una pared para que Fortunato muera y no pueda salir de las catacumbas nunca.
Personajes
El protagonista de esta historia, Montresor, es un personaje extremadamente inteligente y al parecer muy dolido ("había soportado las mil injurias de Fortunato."). A la vez es vengativo y calculador, pero ante todo es una persona con determinación, que hace lo que se propone firmemente ("No solamente tenía que castigar, sino castigar impunemente.").
Fortunato es un personaje que constantemente se había burlado de Montresor. Cuando las burlas llegan a lo que Montresor juzga como insultos, éste decide vengarse. Entre otras cosas para cumplir con la tradición familiar (su escudo de armas porta una leyenda que dice: "Nadie me ofenderá impunemente"). Para ello lleva a Fortunato a su casa y bajan a unos pasadizos subterráneos donde está su bodega, para que Fortunato dé su opinión acerca de un barril de vino amontillado que supuestamente Montresor ha recibido pero duda de su autenticidad.
Luchresi es simplemente otro experto en vinos que Montresor cita para acicatear la vanidad de Fortunato y aplacar sus dudas, cuando éste no se decide a acompañarlo a catar ese amontillado. ("Justamente iba con Luchresi para que me ayudara" "Luchresi no sabe nada", etc.). Al llegar a su casa Montresor va llevando por esos pasajes subterráneos a Fortunato, emborrachándolo paulatinamente hasta que llegan a una habitación estrecha en donde estaría el barril. Allí se aprovecha de su estado para encadenarlo y luego levanta una pared para cerrar el acceso y dejarlo allí encerrado para que muera.