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Respuesta:¿Cómo mantener el equilibrio?
Los niveles de azúcar fluctúan a lo largo del día en función de nuestros patrones de alimentación y nuestra actividad física, y un organismo sano sabe encontrar el equilibrio de manera natural. Pero si somos propensos a padecer picos bruscos es el momento de revisar nuestros hábitos, especialmente –como recomienda la Organización Mundial de la Salud– los que atañen al ejercicio y a la dieta, ya que la curva del azúcar depende directamente de los alimentos que ingerimos.
1. Personaliza el tamaño y la frecuencia de las comidas. Los expertos recomiendan repartir la ingesta diaria en tres comidas grandes con tres «entre horas» más ligeros o bien hacer seis comidas pequeñas y equilibradas repartidas uniformemente a lo largo del día.
2. Los carbohidratos complejos y las proteínas deben ser la fuente de energía de la dieta, pero, eso sí, hay que controlar siempre las cantidades adecuadas y el tamaño de las raciones. Si es propenso a los bajones, estos nutrientes le darán la energía paulatina y duradera. Tardan más tiempo en digerirse y, por lo tanto, la glucosa entra de manera más gradual. Las proteínas y las grasas saludables también son necesarias porque ayudan a regular el azúcar en la sangre y previenen picos altos seguidos de caídas de azúcar en la sangre.
3. Incremente el consumo de fibra. Puede ayudar a que los niveles de azúcar se alcancen de manera controlada. La más eficaz es la fibra soluble (verduras, frutas, legumbres, granos enteros...) porque retrasa la absorción de la glucosa y reduce el pico glucémico que se produce después de las comidas. Además, disminuye los niveles de colesterol y ayuda a controlar el peso por su sensación de saciedad.
4. No olvide tomar una 'ayuda rápida'. Si el problema son los bajones de azúcar, los zumos de frutas y los azúcares simples –de rápida absorción– resultan de gran ayuda cuando se sienten los primeros síntomas de hipoglucemia. No está de más llevarlos encima a diario.
5. Ejercicio físico, moderado y regular. Media hora diaria de movimiento de intensidad moderada y adaptada a la edad y la condición física de cada uno ayudará a perder peso y a aumentar la sensibilidad a la insulina. El ejercicio también ayuda a que los músculos utilicen el azúcar en la sangre para la energía y la contracción muscular. De hecho, su práctica es imprescindible para el bienestar de las personas diabéticas y también para prevenir la aparición de la enfermedad.
6. Mantenga el estrés a raya, porque influye en la curva de glucosa. Cuando estamos estresados, el cuerpo libera hormonas que disparan los niveles de glucosa en sangre. Todo el organismo se prepara asegurándose de que haya suficiente azúcar o energía disponible para reaccionar: el corazón se dispara y el hígado, que mantiene un almacén de glucosa y grasas para las emergencias, saca estos combustibles hacia la sangre para que estén disponibles en caso de necesitarlos. Está demostrado que el yoga, la meditación y las técnicas de relajación y respiración ayudan a controlar los niveles de azúcar.
7. Duerma lo suficiente. Y hágalo bien, porque eso ayuda al páncreas a regular los niveles insulínicos en sangre. De hecho, la probabilidad de padecer diabetes es dos veces mayor en aquellas personas que habitualmente duermen menos de seis horas.
8. Reduzca el consumo de alcohol. El alcohol se metaboliza en el hígado, donde entorpece su capacidad para transformar el glucógeno en glucosa. El riesgo de hipoglucemia aumenta si se bebe sin comer o si se combina con ejercicio físico (bailar, por ejemplo) porque se consumirán rápidamente las resevas de azúcar. ¿Recomendaciones? Beber despacio y con moderación y elegir bebidas con menor graduación alcohólica y libres de azúcares añadidos, evitando en todo momento estar con el estómago vacío.
Explicación:
Respuesta:
hay una injeccion que trata el ecceso de azucar en la sangre es la insulina
Explicación:
lo se porque un familiar padece de exceso de azúcar o mejor conocido como diabetes