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Explicación:
El pasado 23 de enero el legislador Juan Guaidó se autoproclamó presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela. Este joven diputado por el Estado de Vargas, desconocido hasta hace apenas unos días por la mayoría de los venezolanos y especialmente por la comunidad internacional, pertenece al partido Voluntad Popular —organización política fundada en diciembre del 2009 bajo el liderazgo de Leopoldo López— y fue nombrado como presidente de la Asamblea Nacional tan solo 18 días antes de su autoproclamación presidencial.
Guaidó, de apenas 35 años, comenzó a incursionar en política en su etapa universitaria. Fue uno de los dirigentes estudiantiles de la llamada “generación de 2007”, movimiento opositor del entonces presidente Hugo Chávez. De ahí pasó a la política institucional ganando su curul en las elecciones legislativas de 2011 y siendo reelegido en 2016.El rol asumido por Juan Guaidó implica un cambio en las estrategias de una oposición que, pese a las debilidades del régimen, se ha caracterizado por su fragmentación interna y la pugna entre los distintos líderes. A la postre, esta situación es la que permitió la supervivencia de Nicolás Maduro en el poder pese a su escasa legitimidad política y social. Sin embargo, con gran parte de los liderazgos opositores en condición de exiliados o inhabilitados por la “justicia” bolivariana —caso de Leopoldo López, Antonio Ledezma, Julio Borges o Henrique Capriles entre otros—, una figura como Guaidó, relegada al segundo plano político en la oposición hasta hace escasos días, ha pasado a tomar un rol protagónico y posiblemente decisivo en la actual coyuntura política del país.
Apenas segundos después de que Juan Guaidó expresara la frase de la autoproclamación —“Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como el presidente encargado”—, el mandatario estadounidense, Donald Trump, y el secretario general de la OEA, Luís Almagro, entraban en escena cumpliendo un rol estratégicamente preasignado. De esta manera, se inauguraba una cada vez más amplia lista de países y organismos internacionales que han ido paulatinamente reconociendo al nuevo líder opositor en desmedro de Nicolás Maduro.
Analizar el resultado del reciente movimiento de piezas realizado por un sector de la oposición en el tablero político venezolano requiere una objetividad de la que lamentablemente la mayoría de opinadores andan escasos.
En este sentido haremos un esfuerzo aplicado sobre los siguientes cuatro ejes de esta crisis: legitimidad o no de la autoproclamación presidencial de Guaidó; cuál es la realidad tras la injerencia extranjera en el país; cuáles son las estrategias de los actores en conflicto y los escenarios más factibles que podrían generarse; y, por último, cuál sería la resolución más adecuada para los interés populares.